No acaban los santandereanos de reponerse del impacto profundo que deja en el ánimo una noticia trágica cuyos protagonistas...
¿Cómo ayudar a los jóvenes a dejar de fumar?
Quizá no reparamos mucho en ello y tan solo nos conformamos con ver a nuestros amigos o conocidos afectar su salud al encender un cigarrillo (o al inhalar un vaporizador), pero no le sorprenderá saber que los fumadores adultos, en su gran mayoría, iniciaron el consumo en su adolescencia.
De acuerdo con el Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud y la Fundación Colombiana del Corazón, “si las tendencias actuales se mantienen y no actuamos, para el año 2030 más de ocho millones de personas morirán cada año por enfermedades relacionadas con el tabaquismo”.
Y muchas de estas personas serán jóvenes, que ahora buscan en la acción de “vapear”, es decir, en fumar un cigarrillo electrónico, el supuesto argumento válido para fumar.
Según Sandra Liliana Elvira, directora del programa de Terapia Respiratoria de Areandina, “cuando se inicia a temprana edad, la dependencia a la nicotina puede tener un mayor tiempo y se asocia con una mayor dificultad para abandonar el consumo. Es claro, entonces, que los jóvenes son el blanco de la industria tabacalera para convertirlos en sus mejores clientes”.
Las investigaciones sobre acceso a productos de tabaco reportan que aproximadamente el 90% de los fumadores habituales probó el cigarrillo antes de los 19 años.
“En Colombia, la situación es similar a la que ha sido constatada en el mundo. Según cifras del Ministerio de Salud y Protección Social, el 9% de niños entre 13 y 15 años ya fuman o han decidido optar por algunos de los denominados cigarrillos electrónicos”, explica Elvira.
Para Juan Carlos Santacruz, director ejecutivo de la Fundación Colombiana del Corazón, “la pandemia ha traído una carga de tensiones sociales y económicas que ha llevado a que muchas personas quieran dejar de fumar”.
Reportes de la OMS demuestran que los fumadores corren mayor riesgo de presentar síntomas graves y fallecer a causa de la COVID-19, ya que el consumo del tabaco es un importante factor de riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles, como enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias y diabetes.
Y no importa que sean jóvenes: hemos visto que, en el mundo, ellos también pueden contraer COVID-19 o alguna de sus variantes y verse afectados gravemente en su salud o afectar a sus familiares y amigos.
Los esfuerzos, por supuesto, deben estar enfocados a prevenir y apoyar a los jóvenes para que dejen de fumar: pero recuerde que si usted es o fue fumador, seguramente su experiencia influirá en el joven y, por esta razón, dar ejemplo y hablar con ellos sobre este consumo debe ser el primer paso.
Expertos le explican cómo.