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Miércoles 20 de marzo de 2019 - 12:00 PM

Humillarme, jamás

En ocasiones nuestras convicciones se ven afectadas por las crisis de la vida o por presionarse demasiado para conseguir sus propias ambiciones. Pero, vale la pena Definitivamente si su meta compromete su dignidad, lo mejor sería replantearla.

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No importa si se trata de trabajo o de amor: es importante no llegar a extremos que lesionen su autoestima solo por alcanzar algo que la sociedad le dice que debe tener: “la clave está en tener claro qué es lo que de verdad es importante para usted. Y si se da cuenta de que está perdiendo su amor propio, esté dispuesto a replantear el camino”, señala la coach Claudia Albarracín.
No importa si se trata de trabajo o de amor: es importante no llegar a extremos que lesionen su autoestima solo por alcanzar algo que la sociedad le dice que debe tener: “la clave está en tener claro qué es lo que de verdad es importante para usted. Y si se da cuenta de que está perdiendo su amor propio, esté dispuesto a replantear el camino”, señala la coach Claudia Albarracín.

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No importa si se trata de trabajo o de amor: es importante no llegar a extremos que lesionen su autoestima solo por alcanzar algo que la sociedad le dice que debe tener: “la clave está en tener claro qué es lo que de verdad es importante para usted. Y si se da cuenta de que está perdiendo su amor propio, esté dispuesto a replantear el camino”, señala la coach Claudia Albarracín.

No se trata de orgullo: en algunas ocasiones creemos que seremos felices una vez consigamos ese ascenso, esa meta, el amor de esa persona deseada. Pero si para lograr lo que tanto queremos debemos convertirnos en una persona muy alejada de nuestros valores más importantes, entonces quizá debamos replantearnos el camino.

Carlos es un expresentador de televisión que sintió en un momento de su vida que ya no tenía dignidad: “quería ser famoso y creí que para lograrlo tenía que mentir, engañar y perder por completo todos los valores que de niño había aprendido”.

En un momento fue tanta su inquietud, que creyó que su vida se iba al abismo: “mi esposa sí comprendió el concepto de no humillarse y pidió el divorcio. Yo me había convertido en una persona que dejaba mucho qué desear”, cuenta Carlos.

Sin embargo, cuando sintió que estaba ya en el fondo de su vida, decidió tomar una decisión radical: “me salí de ese mundo donde ser una persona egocéntrica y mentirosa es pan de todos los días y empecé de nuevo. Emprendí mi propio negocio y allí me guío por la honestidad. Así recuperé mi dignidad”.

No importa si se trata de trabajo o de amor: es importante no llegar a extremos que lesionen su autoestima solo por alcanzar algo que la sociedad le dice que debe tener: “la clave está en tener claro qué es lo que de verdad es importante para usted. Y si se da cuenta de que está perdiendo su amor propio, esté dispuesto a replantear el camino”, señala la coach Claudia Albarracín.

La dignidad es el lenguaje de la autoestima, no del orgullo

La psicóloga y escritora Valeria Sabater explica que la dignidad nada tiene que ver con el orgullo y sí con el amor propio: en realidad, la experta indica que la dignidad está relacionada con la autoestima, el respeto por uno mismo y salud.

La experta explica que también es un valor del que debemos “echar mano” para tomar fuerzas cuando parece que no existen y levantarnos de aquella situación que nos ha hecho sentir indignos.

No se trata de que se culpe si alguna vez ha sentido que perdió su dignidad, a todos nos ha sucedido alguna vez: “ya sea por una relación abusiva o por desempeñar un trabajo mal remunerado, son situaciones con un alto coste personal. Exigir un cambio, posicionarnos a nuestro favor y luchar por los propios derechos nunca será un acto de orgullo, sino de atrevernos a ser valientes”, señala Sabater.

Sin embargo, si ya se ha dado cuenta de esto y desea cambiar su vida, Sabater explica que este es un muy buen momento para hacerlo: “son muchos los filósofos, sociólogos, psicólogos y escritores que intentan ofrecernos estrategias para dar forma a lo que ellos llaman “la era de la dignidad”. Consideran que es momento de definirse, de tener voz y trabajar en nuestras fortalezas personales para encontrar una mayor satisfacción en nuestros entornos más próximos, y generar así un cambio relevante en esta sociedad cada vez más desigual”.

No crea que está siendo egoísta por pensar en usted y en lo que realmente le importa: “debemos despertar, lo decíamos al inicio, esta debe ser la era de la dignidad, esa donde todos debemos recordar nuestra valía, nuestra fortaleza, nuestro derecho a tener una vida mejor, a ser merecedores de aquello que deseamos y necesitamos. Decirlo en voz alta, poner límites, cerrar puertas para abrir otras y definirnos ante los demás no es un acto de orgullo o egoísmo”, concluye Sabater.

¿Se siente perdido? Descúbrase a sí mismo

Cuando pasamos por momentos de crisis es posible que sentirse un poco perdido.

El coach Fernando Meneses le cuenta cómo descubrirse de nuevo así mismo:

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