No es fácil tener una marca visible que nos recuerde un proceso difícil físico o emocional de nuestra vida: una cicatriz. Pero, qué sabemos sobre ellas
Existen diferentes creencias relacionadas con la prevención y tratamiento de las cicatrices, lo primero que se debe conocer es que las cicatrices pueden ser la consecuencia de diferentes factores como accidentes, cortes, heridas, cirugías, acné, raspón entre otras, lo que también ocasiona aparte de un mal aspecto estético, posibles afectaciones emocionales.
Luisa Londoño Bermúdez, experta en piel e hidratación de Bio Oil, explica cuáles son estos mitos sobre las cicatrices y lo que debe saber de ellas:
La tonalidad de las cicatrices depende de su grosor y/o evolución, algunas de ellas suelen ser más rosadas, rojas o brillantes que el resto de la piel dependiendo del estatus en el que se encuentre y del tipo de piel de cada persona. Uno de los mitos más comunes para tratar una cicatriz es utilizar diferentes productos para intentar reducir su tamaño, pero lo que realmente se debe hacer es utilizar el mismo producto de manera constante.
Otro mito recurrente es que las cicatrices se pueden eliminar por completo, pero la verdad es que las cicatrices son marcas que quedan en la piel. Se puede mejorar hasta lograr un aspecto casi invisible, pero las cicatrices son una parte integral del proceso de curación y son el resultado de una sobreproducción de colágeno en el lugar de la herida.
Se cree que aplicar productos cicatrizantes antes de que la herida cierre ayuda a mejorar su aspecto, lo cual es un error: lo recomendable es esperar a que la herida se haya curado y después de eso empezar a utilizar cicatrizantes, los expertos recomiendan realizar la aplicación de forma circular sobre la zona a tratar.
La opción más recomendada para tener una piel saludable es programar visitas al dermatólogo.
Las estrías son uno de esos cambios que suceden durante el embarazo y que nadie quisiera tener. Las cicatrices son unas marcas que surgen frecuentemente en algunas zonas del cuerpo, como las piernas, los glúteos y los senos, pero principalmente en la parte abdominal del cuerpo al momento del estiramiento de la piel durante el embarazo. Las cicatrices se producen porque el cuerpo se expande más rápido que la piel que lo cubre, entonces se rasga formando una cicatriz durante su sanación.
Estas cicatrices del embarazo son mucho más visibles en la superficie de la piel en forma de estrías. Al principio aparecen unas marcas de color rosáceo que luego, con el tiempo, mutan al rojizo y luego se transforman a un color más al blanco.
