En buena medida la ciudad se repuso de la profunda indignación que siguió al conocimiento que se tuvo de una fiesta de la...
Día Internacional del Gato: Destinos para los amantes de los felinos
Un destino puede ganar la popularidad de los turistas no solo por sus grandes atracciones, sino también por sus famosos inquilinos, especialmente si de tiernos gatos se trata. Hoy, que es el Día del Gato, podemos dar fe de ello.
Desde islas y plazas que se han se han hecho conocidas por albergar una gran cantidad de gatos, pasando por ciudades que cuentan con monumentos dedicados a estos tiernos animales, la historia detrás de cada uno de estos lugares te sorprenderá.
Una parada en Lima que no puede quedar fuera de la lista es el Parque Kennedy, en Miraflores, conocido -incluso por los turistas- como el ‘parque de los gatos’.
Mira la siguiente galería y descubre siete de los destinos que todo amante de los gatos no puede dejar de conocer.
-Cementerio de la Recoleta (Argentina). Aquí yacen los restos de destacados personajes de la historia republicana. Y ahora es habitado por gatos asilvestrados.
-Largo di Torre Argentina (Italia). Es una plaza romana con cuatro templos construidos desde el siglo III a.C. Este espacio ahora es un refugio para gatos.
-Parque de Kennedy (Perú). Es un parque de Lima, en Miraflores, en el que propios y visitantes cuidan a los gatos. Un parroco adoptó a los animales que poco a poco se adueñaron del parque.
-PoezenBoot (Países Bajos). Esta casa barco en Ámsterdam es uno de los santuarios para felinos más importantes de la ciudad.
-Kuching (Malasia). Kuching significa “ciudad de gatos” en malayo. Tiene un excéntrico museo temático y monumentos en toda la urbe.
-Tashirojima (Japón). Esta isla tiene más gatos que humanos. Son tan queridos por locales y turistas que los perros no están permitidos.
-Estambul (Turquía). Es la ciudad de gatos con popularidad mundial. El más famoso es Tombili que, tras su muerte, tiene una estatua de bronce en su honor.
-Museo del Ermitaño (Rusia). Los gatos son huéspedes del museo desde 1714, por orden de la emperatirz Isabel I, para espantar a los roedores.