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Salud
Martes 03 de diciembre de 2019 - 12:00 PM

La pelea del hombre más obeso del mundo por perder peso y volver a caminar

El mexicano Juan Pedro Franco ha dejado de ser considerado el hombre más obeso del mundo y se enfoca ahora en mantener el régimen médico y alimenticio que le ha hecho perder 334 kilos y lo ha vuelto a poner de pie después de más de 20 años.

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EFE / VANGUARDIA
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En entrevista con Efe, en Guadalajara (México), Juan Pedro Franco, considerado el hombre más obeso del mundo, de 35 años de edad, cuenta con orgullo que recuperó su independencia al poder caminar sin necesidad de un andador y hacer las cosas que para cualquiera pueden parecer cotidianas y sin importancia.

“Es algo fenomenal. Hoy fue el primer día que me baño de pie y solo, y estaba un poco preocupado de cómo iba a hacerlo, pero fue la prueba y ahí vamos poco a poco sorteando cosas que a lo mejor para la gente son normales: bañarse, ir por un vaso con agua, ir al baño, caminar hasta la esquina, para mí es un logro de vida”, dice a Efe.

Desde hace tres años Franco, quien fue acreedor del récord Guinness por su extrema obesidad, sigue un protocolo médico en el que ha sido sometido a tres cirugías para perder buen parte de los 595 kilos de peso que lo mantenían en una cama, auxiliado con oxígeno y sin poder levantarse.

Originario de la ciudad de Aguascalientes, el joven fue ganando peso desde la infancia debido a una predisposición genética. Cuando cumplió 17 años tuvo un accidente que lo mantuvo en cama y le hizo llegar a más de 300 kilos, hasta que ya no pudo levantarse.

Su condición lo mantuvo un tiempo con depresión, además de sufrir diabetes e hipertensión e insuficiencia respiratoria. A pesar de todo no se rindió y buscó ayuda médica en varias instituciones, hasta que lo contactaron con el médico bariatra José Antonio Castañeda.

El especialista lo sometió a una estricta dieta para perder 40 kilos y poder realizarle una cirugía de manga gástrica o gastrectomía para reducir su estómago y comenzar el tratamiento que prevalece hasta hoy.

Mientras sigue el régimen alimenticio aconsejado por el equipo de médicos, además de hacer actividad física de acuerdo con sus posibilidades, Franco se mantiene ocupado en un pequeño negocio que emprendió desde su casa en Aguascalientes para financiar parte de su tratamiento.

“Lo más difícil es lidiar con uno mismo, a veces uno amanece frustrado, enojado y desesperado porque quiere que todo sea rápido, pero eso no se puede. Otro problema es el dinero, porque por el mismo sobrepeso no tengo estudios y no tengo un trabajo que me remunere”, señaló.

Una vez que los doctores sepan los resultados de un estudio en el que calcularon su masa corporal y su peso, el siguiente paso será retirar la piel flácida que ha ido quedando en el cuerpo de Juan Pedro y que le ayudará a caminar con más agilidad.

Los especialistas estiman que luego de la cirugía reconstructiva podrán quitar entre 70 y 80 kilos de piel y con ello acercarse a la meta de 150 kilos que se habían planteado desde el inicio.

Castañeda asegura que más que el peso logrado, lo importante es que Franco marcó un hito en la historia de la medicina bariátrica, pues superó su obesidad mórbida y ahora puede valerse por sí mismo, sin los problemas pulmonares, la diabetes y la hipertensión que lo aquejaba.

“Ya no nos estamos enfocando en el peso, es el primer caso de un paciente obeso que se ha tenido que llegar a varias cirugías para poderlo bajar de peso. Entonces lo que nos interesa son las enfermedades que le iban acompañando y ya no están. Ha sobrevivido a la obesidad y ahora es un paciente sano”, enfatizó. Cuando termine su tratamiento Franco tiene la idea de poder viajar y conocer nuevos lugares, además de ayudar a otras personas a superar la obesidad. “Quizás hacer un viaje o dos, conocer algún lugar, conocer personas para contarles mi historia, se animen y vean que sí se puede (perder peso)”, adelantó.

Algunas cifras

Durante los últimos cuatro años se presentó un aumento de más de 16 millones de personas con obesidad en la región, lo que nos acerca a una cifra preocupante, pues una de cada cuatro personas en América Latina y el Caribe vive con esta enfermedad. En Colombia, por otro lado, se estima que el 56% de la población, entre los 18 y los 64 años, tiene sobrepeso u obesidad.

La obesidad se define como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. En todos los casos, el tratamiento de la obesidad requiere una mirada holística, es decir, el paciente necesita el acompañamiento de un equipo multidisciplinar con diversos especialistas durante el proceso.

“Todos tenemos una razón para hacer frente a una enfermedad. Algunas personas deciden enfrentar la obesidad por salud, otras por evitar problemas del corazón, por dormir mejor, para tener más años de vida, entre muchas otras razones, todas igualmente válidas.”, aseguró el doctor Eduardo Silva, presidente de ACOCIB.

Opciones de tratamiento

La obesidad puede ser tratada de múltiples formas, como con cambios de estilo de vida, tratamientos farmacológicos y/o procedimientos quirúrgicos.

Tratamientos quirúrgicos o cirugía bariátrica: son una alternativa de tratamiento para algunos pacientes que sufren de obesidad. Si bien cada caso debe ser evaluado a profundidad, los pacientes que presentan obesidad mórbida o extrema podrían ser considerados como candidatos. El tratamiento ideal para un paciente que sea apto para la cirugía bariátrica, debe ser liderado por un equipo de especialistas multidisciplinares. Los pacientes que se someten a este tratamiento usualmente experimentan una pérdida sostenida de aproximadamente el 75% del exceso de peso, una menor tasa de ganancia de masa corporal a largo plazo y disfrutan de una mejor calidad de vida con mínimos efectos.

Cambio de hábitos alimenticios: tener horarios, comer despacio, moderar las porciones, consumir menos calorías y limitar las meriendas, pueden contribuir a la reducción de kilos de más, sobre todo, en pacientes con sobrepeso. Estudios estiman que una reducción del 10% en la porción de grasas podría generar una baja de entre 2.6 kg y 3.2 kg en el peso de los pacientes.

Buena hidratación: beber al menos dos litros de agua diarios ayuda a controlar la presión sanguínea, regula la temperatura corporal, transporta nutrientes y previene el estreñimiento, ayudando a mantener un buen tránsito intestinal entre otras muchas tareas. Sin embargo, las bebidas azucaradas solo aportan calorías vacías y contribuyen al aumento de peso.

Actividad física: es recomendable realizar al menos 30 minutos diarios de actividad física, siendo suficiente caminar a paso rápido durante este tiempo para quemar las calorías sobrantes y fortalecer músculos y huesos. La actividad física también ayuda a controlar la tensión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en sangre.

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Publicado por EFE

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