En Chipre, medio oriente, investigadores de la Universidad de Nicosia explotaron una bomba atómica para analizar cómo sería la situación frente a las posibilidades para evitarla.
El panorama mundial, según el Boletín de los Científicos Atómicos, está cerca de un posible fin, esto por conflictos como la guerra en Ucrania y las armas atómicas que hay, que podrían generar más destrucción que la Segunda Guerra Mundial. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), 12.705 armas nucleares había el año pasado en países como Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Pakistán, Francia, India, Israel, Corea del Norte y China.
El Boletín dio a conocer que el Reloj del Apocalipsis marcó los 90 segundos para la medianoche. Frente al anuncio, expertos de la Universidad de Nicosia, en Chipre, crearon una explosión procedente de un misil balístico intercontinental típico de una cabeza nuclear de 750 kilotones para evidenciar las afectaciones que esta podría implicar a personas refugiadas en espacios interiores a unos 4,6 kilómetros alrededor.
A través de un comunicado, los investigadores afirmaron que ningún lugar es seguro ante el estallido de una bomba atómica porque su explosión produciría velocidades de aire tan fuertes como para causar daños graves, hasta la muerte.
“La gente debe alejarse y refugiarse inmediatamente. Incluso en la habitación delantera frente a la explosión, uno puede estar a salvo de las altas velocidades del aire si se coloca en las esquinas de la pared”, expresa Ioannis Kokkinakis, uno de los autores del estudio, publicado en la revista Physics of Fluids del Instituto Americano de Física.
Ser estratégico es importante al momento de buscar refugio, debido a que en segundos la onda expansiva viajará en el tiempo lo que ocasiona estragos. “Aumentarán los niveles de radiación, habrá edificios inseguros, líneas eléctricas y de gas dañadas e incendios”, asegura Dimitris Drikakis, otro investigador que participó en el estudio.
Este experimento busca ampliar los conocimientos en cuanto a una catástrofe nuclear que requiere de labores de rescate puntuales.