Según una de las acepciones que hay en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la palabra leyenda se refiere a: “Persona o cosa muy admiradas y que se recuerdan a pesar del paso del tiempo”.

Así las cosas, esa palabra encierra cabalmente lo que es Américo José Montanini Ruetti para el Club Atlético Bucaramanga y su hinchada. Es una LEYENDA, así en mayúsculas, porque fue, es y ha sido el jugador más grande que se ha enfundando el uniforme del conjunto ‘Leopardo’ en sus 70 años de historia.

No ha habido un jugador que se le iguale, ni que se le parezca en el equipo ‘auriverde’. Hernán Peláez Restrepo, uno de los íconos del periodismo deportivo en Colombia, y que lo vio jugar en la época del dorado del fútbol colombiano, fue tajante al señalar que: “José Américo Montanini es, evidentemente, el mejor jugador extranjero que ha traído en toda su historia el Atlético Bucaramanga. Y hablo desde 1948 al presente”.

Su calidad de juego, su habilidad, su capacidad goleadora y su entrega por el ‘Leopardo’ fueron las características que cautivaron a los hinchas de ese tiempo, que crecieron viendo a un jugador distinto, al que fueron encumbrando en el olimpo, no sólo del Atlético Bucaramanga, del cual es su máximo dios, sino del deporte santandereano.

Y lo llevaron hasta allí porque fueron contando sus gestas y sus hazañas a sus hijos, nietos y demás generaciones, hasta convertirlo en lo que es hoy, una LEYENDA viviente del Atlético Bucaramanga, pues los nuevos hinchas, sin haberlo visto jugar, lo idolatran, lo admiran, lo quieren y lo tienen como el más grande en la historia del conjunto ‘Leopardo’.

Uno de esos aficionados en una entrevista del especial ‘Montanini por siempre’ de Extratiempo anotó: “Comparándolo con Maradona, no tenía nada que envidiarle”. Mientras que su paisano Hugo Scrimaglia lo describió como: “un excelente jugador que marcaba la diferencia contra muchos”.

“Montanini fue, lejos, no solamente goleador, sino un hombre que dio espectáculo. Un jugador honrado y por supuesto destacadísimo en el fútbol profesional de Colombia”, recalcó Hernán Peláez.

Por eso, el narrador costarricense Carlos Arturo Rueda, otro referente del periodismo y la narración deportiva del país, al ver su ‘dribling’, su regate y como eludía rivales a los que dejaba regados a su paso en su camino al arco rival, lo bautizó como ‘La Bordadora’. Apodo que se le quedó para siempre y que lo identificará y describirá por toda la eternidad. “Ese apodo me lo puso Carlos Arturo Rueda en un partido en Bogotá, y sí, me gustó”, anotó Montanini

No queda más que decirle a Montanini, gracias por todo, por sus goles, por sus fintas, por su amor por el Atlético Bucaramanga y por una ciudad en la que se quedó a vivir para convertirse en un santandereano más.

Simplemente, gracias... LEYENDA.