El sector de la construcción siempre ha sido protagonista de la economía del país. En Santander, aporta el 9,0% del PIB y es uno de los sectores productivos que más crea empleo.
La industria de la construcción, por su alto impacto como generador de desarrollo económico, fue la primera en todo el territorio nacional en participar en la reapertura gradual de actividades. Esto fue el 27 de abril, luego que el Gobierno Nacional decretó a partir del 25 de marzo el aislamiento preventivo obligatorio por la pandemia del COVID-19.
Actualmente, la actividad edificadora tiene en diferentes segmentos más de 180 proyectos de vivienda nueva en Bucaramanga y el área metropolitana, para una oferta de 7.649 viviendas, afirma Camacol Santander. Gracias a la reapertura del sector, por lo menos 36 mil personas están activas laboralmente en obras, cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad. No obstante, la reactivación económica es un proceso que tomará tiempo.
Ese liderazgo del gremio, que en Santander agrupa a 74 organizaciones entre constructoras y empresas industriales y de servicios, fue evidente también en la estructuración de iniciativas para atender la emergencia del COVID-19, en las que además de involucrar la reactivación económica también impactó la salud.
“Mediante el diálogo permanente con actores públicos y privados de la región hemos logrado articular iniciativas como la campaña #DeEstaSalimosJuntos en la que logramos recaudar más de 1.700 millones de pesos para adquirir pruebas que nos permitan identificar posibles focos de contagio en la región y atender de manera rápida a los afectados para lograr un aislamiento inteligente”, explica Hernán Clavijo Granados, gerente de Camacol Santander.
“Como gremio, hemos apoyado de manera permanente a las empresas privadas y a las administraciones locales en el proceso de formulación e implementación de protocolos de bioseguridad con el fin de garantizar que la reactivación de la economía se haga de manera segura y velando por la salud de los trabajadores”, agrega el vocero en la región.
Además de estas iniciativas, Camacol creó un canal de venta con Cajasan para que las empresas del sector pudieran atender mediante la donación de mercados a la población afectada por la suspensión de contratos de construcción.
Hoy, luego de más de un mes de retomar labores junto al sector manufacturero, la expectativa del gremio constructor está fijada en que todos los sectores económicos retomen sus actividades de manera gradual y con los protocolos de seguridad exigidos. “Con el fin de lograr una reactivación económica exitosa, deben alinearse las iniciativas individuales de las empresas para lograr un mayor impacto en la región. En este sentido, la gestión gremial será un ingrediente fundamental de una pronta recuperación”, agrega Hernán Clavijo.
Hoy, el gran reto para el sector edificador, que sin duda verá sus negocios impactados por la crisis generada por la pandemia, “es buscar la manera de preservar los recursos del Gobierno Nacional para subsidios a la Vivienda de Interés Social y aprovechar los subsidios recientemente anunciados para la vivienda de estrato medio, donde se encuentra ubicada gran parte de la oferta disponible del área metropolitana”.
Es de precisar que el sector registró el año pasado ventas por más de $1,15 billones y comercializó más de 5.743 unidades de viviendas nuevas. En el primer trimestre de 2020 las ventas sumaron más de $335 mil millones.
“Esta emergencia nos ha obligado a crear nuevos productos y servicios que nos permitan acercarnos más a nuestros afiliados y brindarles el soporte que requieren para esta nueva etapa que vamos a enfrentar”: Hernán Clavijo, gerente Camacol Santander.
