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Viernes 07 de junio de 2019 - 12:00 PM

Hurto de energía eléctrica en el área metropolitana de Bucaramanga, un delito de alta tensión

En 2018 se presentaron cuatro accidentes en el área metropolitana de Bucaramanga debido al hurto de energía eléctrica. Este delito, tipificado en el Código Penal y en el Código de Policía, cada vez es más común en comunidades de estrato 1, 2 y 3 que por ahorrarse un dinero arriesgan su vida en las redes eléctricas al no saber manipularlas.

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Suministrada ESSA / VANGUARDIA
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Uno de los delitos más comunes, pero que no es tan evidente, es la defraudación de fluidos o robo de energía eléctrica, el cual el año pasado causó cuatro accidentes en el área metropolitana de Bucaramanga, un accidente en Barrancabermeja y una muerte en el asentamiento El Páramo de Floridablanca.

Esta infracción que se encuentra tipificada en el Artículo 256 del Código Penal, así como en el Artículo 28 del Código Nacional de Policía y Convivencia puede acarrear penas de prisión, multas de 1.33 a 150 salarios mínimos legales mensuales vigentes y comparendos tipo cuatro de hasta $883.296.

Pero los comparendos y multas no son lo más grave a lo que se pueden enfrentar quienes incurren en este delito, pues la manipulación irregular de las redes de energía y medidores puede causarles la muerte o lesiones permanentes, ya que se exponen a sufrir descargas entre 120 y 210 voltios en los cables de baja tensión, y 4.000 y 13.200 voltios en redes de media tensión que pueden representar amputaciones de extremidades, daños en los riñones, hígado y corazón.

“Las personas cuando hacen estas conexiones ilegales están expuestas a sufrir accidentes y algunos pueden ser mortales, porque realizan la manipulación de estas redes y se pueden electrocutar o lesionar alguno de sus miembros”, asegura Rodrigo Gualteros Aguillón, subgerente de Conexiones de la Electrificadora de Santander, ESSA.

Pérdidas millonarias

La defraudación de fluidos anualmente representa en Santander pérdidas no técnicas de 100 GWh, lo que equivale a $48.549 millones. “Del 100% de la energía que nosotros compramos (ESSA), en este momento el indicador de pérdidas nos muestra que la empresa pierde el 11.26%, y de este total las mayores pérdidas se reflejan en Bucaramanga con un 9%, Barrancabermeja con 17% y San Alberto con 17%”, explica el Subgerente de Conexiones de ESSA.

De acuerdo con estas cifras, en Bucaramanga las zonas más álgidas de defraudación de fluidos se encuentran en el norte, específicamente en los estratos 1, 2 y 3, así como en el municipio de Girón.

“La presencia del hurto se focaliza, sobre todo, donde las comunidades son muy vulnerables. Sin embargo, también hemos tenido casos de grandes clientes, clientes industriales que representan alrededor de 500 usuarios, entonces en ese caso la pérdida es muy impactante”, destaca el ing. Gualteros Aguillón.

Con el objetivo de mitigar y reducir los porcentajes de robo en estas zonas, ESSA se ha dado a la tarea de crear estrategias enfocándose en tres ejes fundamentales: social, legal y técnico. “En el aspecto social hemos capacitado a la comunidad para que no incurra en estas prácticas (en 2018 fueron más de 140.000 personas capacitadas), en lo legal estamos capacitando a la Policía, Fiscales de Bucaramanga y Barrancabermeja, y dentro de lo técnico realizamos todas las acciones que permiten que la gente no se conecte tan fácil, blindamos y protegemos las redes”, manifiesta.

Desde 2018 y en lo que va corrido de 2019 se han impuesto 146 comparendos por hurto de energía eléctrica. “El hurto de energía es histórico y se trata de un tema cultural. No obstante, la gente se idea todos los días una manera diferente de defraudar la energía, por eso también hemos creado un portafolio para que los clientes puedan acceder de manera legal al servicio”, resalta el Subgerente de Conexiones.

Oferta estratégica

Dentro de ese portafolio, asegura el representante de ESSA, existe la medida prepago para estratos 1, 2 y 3. Con este servicio los usuarios pueden acceder a un medidor que se recarga mediante pines (desde $2.000), los cuales se digitan en el medidor para cargarlo y así consumir de acuerdo con el presupuesto de la familia.

“Es un servicio que ESSA creó desde 2012 y se desarrolló como una estrategia para evitar el hurto de energía. A 31 de diciembre de 2018 estaban en funcionamiento 21.677 medidores prepago en y toda el área de influencia de ESSA”, afirma.

Es de resaltar que el delito de defraudación de fluidos no solo afecta a la empresa de energía, sino que también atenta contra la calidad del servicio, perjudica a los clientes y usuarios legales, disminuye la capacidad de inversión social, fomenta la cultura de la ilegalidad y los antivalores, pone en riesgo la vida e integridad de las personas y, finalmente, genera detrimento económico para las empresas prestadoras de servicios públicos.

“Por eso nuestra invitación es a la honestidad, a hacer uso legal del servicio y abstenerse de realizar alteraciones a los equipos de medida o conexiones fraudulentas que puedan perjudicar su tranquilidad, el bienestar de su familia y la seguridad de la comunidad. Así mismo, la recomendación es al ahorro de energía, a apagar el televisor o el bombillo cuando no se estén utilizando, ya que con estas acciones se puede reducir hasta en un 15% el consumo de energía”, puntualiza el ing. Rodrigo Gualteros.

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