La defraudación de fluidos o robo de energía eléctrica dejó el año pasado cuatro accidentes en el área metropolitana de Bucaramanga, un accidente en Barrancabermeja y una muerte en Floridablanca.
Este delito, tipificado en el Código Penal y el de Código de Policía, es frecuente en comunidades de estrato 1, 2 y 3 que por ahorrarse un dinero arriesgan su vida en las redes eléctricas al no saber manipularlas.
Aunque este delito conlleva prisión, multas de 1.33 a 150 salarios mínimos legales mensuales vigentes y comparendos de hasta $883.296, quienes manipulan de manera irregular las redes de energía y medidores se pueden exponer a la muerte o lesiones permanentes, pues pueden sufrir descargas entre 120 y 210 voltios en los cables de baja tensión, y 4.000 y 13.200 voltios en redes de media tensión. Amputaciones de extremidades, daños en los riñones, hígado y corazón, son las consecuencias más frecuentes.
La defraudación de fluidos cada año representa en Santander pérdidas no técnicas de 100 GWh, lo que equivale a $48.549 millones. “Del 100% de la energía que nosotros compramos (ESSA), el indicador de pérdidas nos muestra que la empresa pierde el 11.26%, y de este total las mayores pérdidas se reflejan en Bucaramanga con 9%, Barrancabermeja con 17% y San Alberto con 17%”, explica Rodrigo Gualteros Aguillón, subgerente de Conexiones de la Electrificadora de Santander.
Con el objetivo de mitigar y reducir los porcentajes de robo, ESSA ha creado estrategias enfocándose en tres ejes fundamentales: social, legal y técnico. “En el aspecto social hemos capacitado a la comunidad para que no incurra en estas prácticas (en 2018 fueron más de 140.000 personas capacitadas), en lo legal estamos capacitando a la Policía, Fiscales de Bucaramanga y Barrancabermeja, y dentro de lo técnico realizamos todas las acciones que permiten que la gente no se conecte tan fácil”, manifiesta el vocero de la empresa.
Otra de las estrategias de ESSA es la medida prepago para estratos 1, 2 y 3. Con este servicio los usuarios pueden acceder a un medidor que se recarga mediante pines (desde $2.000), los cuales se digitan en el medidor para cargarlo y así consumir de acuerdo con el presupuesto de la familia.
Es de precisar que en 2018 y lo corrido de 2019 se han impuesto 146 comparendos por hurto de energía eléctrica.
