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judicial
Sábado 23 de septiembre de 2017 - 12:00 PM

Cometió un homicidio y fue capturado 13 años después en Bucaramanga

El asesinato de Samuel Calderón Díaz, de 34 años, ocurrido el 6 de abril del 2004, ya no quedará impune. La Policía capturó al responsable y un juez lo envió tras las rejas.

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Cometió un homicidio y fue capturado 13 años después en Bucaramanga (Foto: SUMINISTRADA /VANGUARDIA LIBERAL)
Cometió un homicidio y fue capturado 13 años después en Bucaramanga (Foto: SUMINISTRADA /VANGUARDIA LIBERAL)

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Cometió un homicidio y fue capturado 13 años después en Bucaramanga (Foto: SUMINISTRADA /VANGUARDIA LIBERAL)

Así registró Vanguardia Liberal el asesinato de Samuel Calderón en 2004. (Foto: Suministrada / VANGUARDIA LIBERAL)
Así registró Vanguardia Liberal el asesinato de Samuel Calderón en 2004. (Foto: Suministrada / VANGUARDIA LIBERAL)

Así registró Vanguardia Liberal el asesinato de Samuel Calderón en 2004. (Foto: Suministrada / VANGUARDIA LIBERAL)

Fueron más de 13 años y cinco meses en el que los familiares de Samuel Calderón Díaz, de 34 años, clamaron sin cesar justicia a las autoridades, por el asesinato de su ser querido.

El 6 de abril del 2004, en plena Semana Santa, y tal como lo registró Vanguardia Liberal, la víctima, un transportador de oficio, fue asesinado de un disparo en la espalda con una escopeta calibre 16, en la carrera 17 Nº 1N-24 del barrio La Juventud, en el Norte de Bucaramanga, a manos de un allegado, a quien meses atrás había acogido en su propia casa.

Se trata de Jhon Edinson Parra Rúgeles, de 31 años en la actualidad, conocido como alias ‘Parrilla’, quien durante todo este tiempo logró burlar a las autoridades y evadir su responsabilidad por el crimen cometido.

Pese a que en esa época, víctima y victimario compartían hasta la mesa, un conflicto por motivos que sólo ambas partes sabían y que hasta el día de hoy se desconoce, hicieron que ‘Parrilla’ llegara hasta la vivienda y sin piedad, con un certero disparo, acabara con la vida de Calderón Díaz.

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“¡Anduvo tres pasos y cayó. Lo cogieron y de una se lo llevaron para el hospital, pero qué va, con un tiro de esos nadie se salva”!, relató ese día un vecino a esta redacción.

Desde entonces, los familiares del occiso no volvieron a tener información del paradero del asesino.

Años de fuga

El paso del tiempo no hizo perder los anhelos de justicia a la familia de fallecido, en especial a Omaira Calderón, hermana, la cual buscó por todos lados al sospechoso hasta lograr encontrarlo.

“Cuando cometió el delito lo ayudaron a salir para Medellín, yo estuve viajando buscándolo. De ahí llegó nuevamente al Norte, pero como con mi familia nos cambiamos de barrio, pues no sabíamos. Tiempo después se fue para Cúcuta, pero no me atreví a meterme a ese barrio porque me dijeron que era una zona peligrosa”, dijo la hermana.

Según se conoció, al parecer, el homicida vivió varios años en otras ciudades y esporádicamente regresaba a Bucaramanga, con el fin de evadir el cerco de las autoridades policiales.

Mientras tanto, y como reo ausente, el proceso judicial avanzó. El 30 de abril del 2009, un juez condenó a Parra Rúgeles a 14 años de prisión por el delito de homicidio.

La caída

Quizás creyendo que el crimen ya se encontraba en el olvido, este año, el sujeto de 31 años decidió volver a la capital santandereana, pero con lo que no contó era que los familiares de su víctima aún seguían tras la pista de él.

“Hace como unos tres meses y medio bajé de nuevo al barrio (La Juventud), pasé por la casa de él, un familiar iba en la moto, cuando me vio, se bajó y siguió a pie, eso me llamó la atención porque pegó carrera y cerró la puerta. Para mí dije, él está aquí, me puse pilas. Entonces supe que tuvo una caída y se sacó un disco de la columna, y lo llevaron al Hospital”, relata Omaira Calderón.

Una vez la mujer obtuvo dicha información, alertó a los agentes de la Unidad Investigativa de Homicidios de la Sijín de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.

Fue entonces cuando los uniformados esperaron pacientemente durante ocho días hasta que un médico le diera el alta en el Hospital Universitario de Santander, HUS.

Y en efecto, tan pronto el individuo puso un pie afuera del centro médico, los investigadores hicieron efectiva la orden de captura.

Posteriormente, un juez la legalizó y fue enviado a la Cárcel Modelo de Bucaramanga a purgar su condena.

Ahora, los allegados están a la espera que confíense los motivos que lo llevaron a cometer dicha tragedia.

“A ese muchacho mi hermana lo sentaba en la mesa y nosotros le dábamos de comer, porque es sobrino de la que era la mujer de él (la víctima). Dice que como a los dos años, mandó una razón diciendo que él no quería matarlo, que solo quería pegarle un susto. Entonces yo quiero que nos diga cuál fue el motivo”, concluyó la dolida hermana.

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Publicado por REDACCIÓN VANGUARDIA LIBERAL

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