Más de 19 años llevaba Johana Archila Piñeres trabajando en eventos, decoraciones y alquiler en todo lo relacionado a bodas, 15 años, primeras comuniones y demás.
Con su esfuerzo había levantado la marca Danimar Eventos y Recepciones, ubicada en la carrera 7 con calle 6 de Piedecuesta, brindando momentos inolvidables a cientos de personas cada fin de semana.
Todo este esfuerzo, lucha y sacrificio se desvaneció en minutos por cuenta de un voraz incendio que acabó con el producto de toda una vida de trabajo.
Ocurrió aproximadamente a las 10:00 de la noche del pasado domingo, cuando se empezó a ver que el fuego y el humo emanaban del negocio de eventos, en plena zona céntrica de Piedecuesta.
Esto no pasó por alto para los testigos que veían como, segundo a segundo, el fuego tomaba más fuerza y se iba expandiendo por todo el lugar. En el aire se veía como la columna de humo se extendía por el cielo del municipio.
“Me llamó la dueña de la casa, que se estaba quemando. Salí del apartamento, llegué y esto estaba candela. Saqué los perros, porque tenía tres perritos, intenté sacar algunas cosas que veía a la mano y no podía porque había un cable de alta tensión y corriente por todo lado”, fue el dramático relato entregado por Johana.
Impotente al no poder hacer más, a la empresaria de eventos le tocó presenciar cómo el fuego iba a arrasando con todo a su paso.
Curiosos registraban lo ocurrido en videos que eran compartidos en tiempo real por las redes sociales.
El llamado de los testigos al Cuerpo de Bomberos de Piedecuesta permitió que hicieran presencia en el lugar para hacerle frente a la emergencia.
Con los equipos especializados, los socorristas empezaron a arrojar grandes cantidades de agua para extinguir las llamas.
Fue así como se logró controlar la situación y evitar que el fuego se pasara a viviendas aledañas al lugar. Acto seguido, se realizaron las labores de enfriamiento para no dar espacio a un resurgimiento de las flamas.
¿Un cortocircuito?
Ayer en la mañana, con melancolía y tristeza, tanto la propietaria del salón de eventos y demás trabajadores estaban intentado rescatar de entre las cenizas lo poco que quedó sirviendo. El panorama era desolador.
“Mi sacrificio, todo mi trabajo estaba acá (...) Las pérdidas económicas son incalculables, pongo $200 millones, creería yo. Se me quemaron hasta las facturas que tenía para contratos hasta octubre de 2023”, añadió Archila Piñeres.
Mesas, cristalería, sillas, candelabros, manteles, flores, techos, utensilios de cocina, decoraciones, paredes y techos, entre otros elementos, fueron consumidos por las llamas.
Vanguardia conoció que de la deflagración solo se salvó un pequeño cuarto en donde almacenaba unos arreglos y había una escultura de La Virgen.
Aunque las causas que ocasionaron todo esto son materia de investigación, la mujer señala que posiblemente se haya tratado de un cortocircuito.
“Según todo fue un cortocircuito de al lado, que generó el incendio. Todo se quemó porque mis sillas eran sillas divani, sillas trono, cosas de decoración y vidrios, todo se calcinó”, concluyó la damnificada, quien ahora afirma deberá empezar nuevamente de cero.
