En la Clínica Chicamocha permanece internado el comerciante Óscar Javier Arenas Corzo, de 41 años, quien fue atacado a tiros por sicarios ayer hacia las 12:00 del mediodía.
El atentado, que es investigado por la Policía y el CTI, se registró en momentos en que la víctima se desplazaba a bordo de su camioneta Toyota Fortuner, de placas DUO-818, y se detuvo en el semáforo de la carrera 27 con Avenida González Valencia, en Bucaramanga.
Esta situación, según las autoridades, fue aprovechada por dos pistoleros que venían siguiéndolo en una moto. Los hombres se acercaron lo suficiente a la camioneta, desenfundaron un arma de fuego y la accionaron.
Pese a que dispararon en tres oportunidades, solo una vez lograron impactar a la víctima.
Creyendo que quizás habían logrado su cometido, los gatilleros aceleraron y se dieron a la fuga. Sin embargo, la bala que recibió Arenas Corzo ingresó por la parte muscular del cuello y no afectó órganos ni arterias.
Al verse ensangrentado, por sus propios medios el afectado se trasladó en su vehículo hasta el centro médico antes mencionado.
Cobraba un dinero
Según conoció esta redacción, Óscar Javier acababa de salir de un centro comercial en Cañaveral, Floridablanca, donde había sido citado para el pago de un dinero que le debían de un negocio relacionado con el sector petrolero.
Al parecer, la entrega del efectivo no ocurrió y el comerciante no tuvo otra opción que regresar a su casa. Justo en el trayecto de regreso fue atacado.
Aunque el caso apenas está en investigación preliminar, las autoridades descartan un hurto, pues el afectado tenía una cadena de oro que llevaba en el cuello, la cual los delincuentes no se la llevaron y ni siquiera se la pidieron. La hipótesis que toma más fuerza es un posible ajuste de cuentas.
