Juan Miguel Porras Bernal, de 26 años, fue la víctima que dejó un homicidio registrado en Piedecuesta. El móvil del crimen estaría relacionado con problemas personales.
La racha positiva de 10 días sin homicidios que llevaba Bucaramanga y los tres municipios del área metropolitana terminó el pasado miércoles, tras un ataque a bala que dejó un joven muerto.
Los hechos acaecieron sobre las 8:30 de la noche en el barrio El Refugio, Piedecuesta. Allí, Juan Miguel Porras Bernal, de 26 años, fue asesinado de un disparo en el hombro derecho.
De acuerdo con las versiones entregadas por las autoridades y los familiares del fallecido, la víctima tenía una serie de problemas personales con un sujeto conocido como ‘Pacur’.
Días antes, según la Policía, Porras Bernal le habría intentado quitar a la fuerza una moto a este sujeto, pero no lo logró. Por ello, hacia las 2:00 de la tarde del miércoles, el joven de 26 años llegó a la casa de su oponente para amenazarlo. En ese momento, la situación no pasó a mayores.
El asesinato
“Yo le decía, mire mijo cuídese, no se gane problemas, cuídese de hacerla porque después se la cobran”, eran las palabras que constantemente Dagoberto Porras le decía a su hijo Juan Miguel.
Pero no valieron los consejos de su padre. A las 8:30 de la noche, el joven volvió a salir de su residencia en el barrio Argentina y se trasladó hasta la carrera 3 con calle 3 del barrio El Refugio, en donde esta vez sí se encontró a ‘Pacur’.
Los dos individuos intercambiaron palabras, luego Juan Miguel esgrimió un arma blanca e intentó atacar a su oponente.
Fue entonces cuando este se volteó y accionó un arma de fuego que llevaba.
Tras el ataque, el cual quedó registrado en video, el agresor se dio a la fuga mientras que la víctima fue trasladada al Hospital Local de Piedecuesta, a donde ingresó sin signos vitales.
“Mi hijo también por dárselas de chacho y valiente salió a cogerlo y el man se volteó y le metió un tiro”, agregó el papá.
Las autoridades reportaron que tanto el occiso como el victimario tenían prontuario delictivo. El primero tenía antecedentes por hurto, estupefacientes y lesiones personales. Además, hace un mes había salido de la Cárcel Modelo de Bucaramanga.
Del presunto asesino se supo que tiene siete antecedentes: uno por inasistencia alimentaria, tres por violencia intrafamiliar, uno por lesiones personales, otro por receptación y uno más por tráfico de estupefacientes.
Habla la familia
Ayer, en diálogo con esta redacción, el padre del fallecido reconoció los problemas de consumo de alucinógenos que tenía su hijo y contó cómo fue su lucha para sacarlo de ese ‘mundo’.
“Las drogas y los problemas me lo arrebataron, llevaba como cinco años en esa vaina. Yo lo tuve un año en la Clínica San Pablo, pero recayó, luego cayó en la cárcel como 26 meses por el hurto de un celular. Había salido en mayo”, informó Dagoberto Porras.
El hombre explicó que su hijo se la rebuscaba trabajando con él en un taller de pintura automotriz, sin embargo, estos últimos días estaba en la casa porque no había contratos.
“A él nadie le daba trabajo por haber estado en la cárcel. Yo, a pesar de todo, no le cerraba las puertas, era el menor de mis tres hijos. Precisamente el martes me dijo, papá ayúdeme para trabajar, pero como desde hace dos meses no me salen contratos no tenía como ayudarlo”, expresó el papá.
Y agregó que ahora espera que el responsable sea capturado y pague por el daño causado.
