Dos tiros acabaron con la vida de Luis Roberto Lozano Vargas, de 28 años, ayer sobre las 7:00 de la mañana.
El hecho de sangre ocurrió en el sector conocido como Tres Balcones, en inmediaciones al barrio Morrorico, sobre el kilómetro 3+500 de la vía Bucaramanga - Pamplona.
Según las primeras versiones, Luis Roberto estaba en la puerta de su vivienda hablando por celular cuando alguien pasó y le disparó en dos oportunidades. Los proyectiles hicieron blanco en la cabeza y el pecho.
Al escuchar las detonaciones, los familiares corrieron para ver lo que ocurría y lo encontraron tirado en la puerta, sin embargo, el agresor ya había huido sin dejar rastro, por lo que se presume que quizá iba en algún vehículo.
Intentando salvarle la vida, los allegados lo subieron a un carro y lo trasladaron al Hospital Universitario de Santander, HUS, a donde arribó sin signos vitales.
¿Problemas de vecinos?
Aunque tanto los móviles como los autores de este crimen son materia de investigación, Amanda Lozano, hermana de la víctima, tiene sospechas de quién puede estar detrás de todo esto.
“Él no tenía problemas con nadie, excepto con un vecino, los que viven al lado mío. Ya hace tiempo hay bronca porque meten vicio y eso no me gusta. Mi hermano cometió el error de meterse en el problema”, reveló la familiar.
Según la mujer, las diferencias con los vecinos ya habían pasado a mayores, habían agredido a su hermano menor, a ella la habían amenazado recientemente y a Luis Roberto intentaron asesinarlo.
“Siempre pusimos todo en conocimiento de la Fiscalía y la Policía, nos decían que no les paráramos bolas, y eso hacíamos. El año pasado el sujeto (el vecino) le puso el revólver a Luis en la cabeza y menos mal no le funcionó, porque le iba a disparar”, agregó la hermana, quien pidió a las autoridades justicia.
Del fallecido se conoció que se ganaba la vida como maestro de construcción y tenía una hija.
