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Judicial
Lunes 12 de abril de 2021 - 12:00 PM

Lo que se sabe del crimen que dejó dos muertos y un herido en Lebrija, Santander

Gilberto Roncancio de 70 años estaba sumido en la depresión por una enfermedad y la soledad. Eso lo habría llevado a la obsesión, a la entrega por los afectos de Diana Lamus.

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FOTO: JAIME MORENO / VANGUARDIA
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Dos personas muertas y una más herida dejó un hecho con connotaciones pasionales ocurrido ayer en la mañana en el barrio Paraíso, vereda Portugal, a 20 minutos del casco urbano de Lebrija, Santander.

Allí, hacia las 10:26 de la mañana, Gilberto Roncancio Alucena, de 70 años, exconductor de Translebrija, atacó a tiros a Cándida Hernández, de 74 años, con quien convivía desde hacía más de una década, desde que enviudó.

En la misma residencia dio muerte a Diana Lamus Suárez, de 28 años, empleada de Cándida y con quien tendría una relación a escondidas. Después del ataque, Gilberto se quitó la vida.

Quienes conocían a Roncancio Alucena aseguraron ayer que muy a pesar de que vivía de los arriendo de varias propiedades en esa localidad, estaría pasando por difíciles momentos por una grave enfermedad que le exigía practicarse diálisis a diario.

Ya desde el domingo pasado aseguraron algunos conocidos del poblado, Gilberto Roncancio habría actuado de manera extraña. Además de tomarse varios tragos -situación que no era usual, habría entonado algunas canciones que hablaban de muerte y desenlaces fatales.

Una de sus allegadas recordó que “lo había visto todo vestido de blanco, le dije: ¡huy, cómo está de rejuvenecido. Estaba de pie al lado del portón de la casa. Le pidió a un hijo que lo llevara a saludar a unos amigos músicos con quienes tocaba de vez en cuando. Como que estaba despidiéndose”.

Se escuchó el tiroteo

A media mañana, un maestro de obra vecino de la ex compañera de Gilberto, sintió los disparos y corrió hacia la casa. Se habría metido por una de las ventanas e, incluso, habría alcanzado a pedirle a Roncancio que pensara bien lo que estaba haciendo, pero también fue amenazado con el revólver que llevaba.

“Gilberto entró como loco llamando a Cándida, pero en la casa se encontró primero con Diana y le disparó en el estómago. Ella murió ahí.

“Después buscó a Cándida y también le disparó tres veces”, dijeron algunos vecinos. Finalmente Gilberto salió hacia la sala y se disparó.

Algunos familiares que llegaron hasta la residencia donde ocurrió el ataque, rescataron aún con vida a Cándida Hernández, a quien condujeron hacia el Hospital local de Lebrija.

Durante más de siete horas un equipo de la Policía Judicial así como peritos forenses realizó la inspección así como el levantamiento de los cadáveres.

Gilberto Roncancio Alucena habría trabajado como transportador de la empresa local Translebrija durante muchos años, pero ahora vivía de los arriendos de varias propiedades en esa localidad.

Era viudo, vivió en unión libre con Cándida Hernández, con quien tuvo un hijo que hoy tiene 37 años, y estaría involucrado en una relación sentimental con Diana Lemus, una de las víctimas de este episodio sangriento que conmociona de nuevo a Lebrija.

Hace aproximadamente mes y medio, esa zona fue estremecida por otro hecho sangriento. Un menor de 14 años fue asesinado por un granjero a quien capturaron en cuestión de horas en un predio de Piedecuesta.

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Publicado por Judicial

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