Una llamada desde el Centro de Salud del Mutis alertó a las autoridades sobre un supuesto caso de maltrato familiar, que habría generado la muerte de una menor de 10 años, residente en el barrio Estoraques.
Una herida visible en el tórax habría despertado la alarma entre los médicos que inicialmente atendieron a la niña, cuando la menor ingresó al centro asistencial ya sin signos vitales.
“Cuando el médico la recibió la niña iba sin signos vitales, se hacen maniobras de reanimación pero lastimosamente no respondió. La niña presentaba un hematoma en el tórax, por lo que el personal del centro de salud dio aviso a las autoridades”, informó en su momento Tatiana Chávez, subgerente científica del Instituto de Salud de Bucaramanga.
Sin embargo, luego de la necropsia realizada por Instituto de Medicina Legal, fue descartada la hipótesis inicial de la muerte violenta. En el informe preliminar presentado por el ente forense se estableció que la menor falleció por "vólvulo del colon (retorcimiento) y obstrucción intestinal, además de desequilibrio electrolítico por vómito y diarrea".
Además, el informe perital precisó que el cuerpo de la niña no registra trauma alguno y su deceso fue natural.
Desde que la niña fue llevada al Centro de Salud del Mutis, sus familiares negaron rotundamente que la menor fuera maltratada. Agregaron que la niña, la noche del domingo, habría ingerido un perro caliente cerca a su casa.
A pesar de estas declaraciones, funcionarios del CTI realizaron la inspección técnica del cuerpo y trasladaron el cadáver hasta Medicina Legal, para que fuera ese instituto el que estableciera las verdaderas causas del deceso de la niña.
