A la víctima, identificada por las autoridades como Juan Camilo Garavito Fandiño, de 29 años, su hermano mayor le propinó un disparo en la cabeza con una carabina.
Una acalorada discusión registrada en el seno de una familia campesina santandereana desencadenó toda una tragedia que rememoró el relato bíblico de Caín y Abel: un hombre asesinó a su propio hermano.
El hecho de sangre ocurrió en un predio rural de la vereda La Carrera, jurisdicción de Gámbita, Santander, el pasado fin de semana, en donde departían tres miembros de la familia Garavito Fandiño, una mujer y sus dos hijos.
De acuerdo con Edilson Salamanca, Alcalde de este municipio comunero, en la vivienda inició una riña entre los dos hermanos después de que la mujer le pegó a un perro.
“Es un lamentable caso de intolerancia. La mamá le pegó a un perro y es entonces cuando el hermano mayor (de 52 años de edad) procede a insultarla”, señaló el mandatario.
En respuesta, Juan Camilo Garavito Fandiño, de 29 años, le reclamó a su hermano por la forma en la que trató a su progenitora.
La discusión de a poco se fue tornando más violenta hasta terminar en el fatal desenlace.
“Desafortunadamente, el hermano mayor se fue, sacó una carabina del interior de la casa y le pegó un tiro en el rostro a su hermano (Juan Camilo)”, agregó el Alcalde.
Aunque el hombre de 29 años fue llevado por sus otros familiares al centro médico de Gámbita y de allí fue remitido al Hospital Regional Manuela Beltrán del Socorro, murió horas después.
A prisión
El teniente coronel Carlos Tique Bonilla, comandante operativo de la Policía de Santander, informó que tan pronto la institución conoció el hecho desplegó un plan candado para dar con la captura del agresor.
“Con la ayuda de la comunidad y la reacción del cuadrante se logró la captura de esta persona. Es de resaltar que el hombre detenido ya fue presentado en una audiencia, en donde un juez le dictó medida de aseguramiento intramural”, expresó el uniformado.
La Policía Nacional invitó a la comunidad a hacer uso de las instituciones del Estado para que, a través del diálogo, se busquen soluciones a las problemáticas intrafamiliares.