Ayúdenme por favor Gritos desesperados se escucharon en la invasión de Fertilizantes la noche del martes, después del eco estremecedor y mortífero de cinco disparos. Todos se encerraron en sus casas echando cruces.
Nadie se atrevía a salir, el sector es oscuro y tenebroso. Después de las seis de la tarde no se ve ni un ‘alma’. Ya eran las 9:40. Sabían que algo malo había ocurrido.
Después que cesó el ‘ruido’, algunos se agolparon y se fueron acercando al lugar de donde provenía todo. Allí, Michael Alejando Vargas Gómez clamaba por ayuda. Lo habían atacado a tiros. Lo dejaron agonizando.
Llamaron a la Policía y una ambulancia llegó después de 20 minutos de espera. Aquel sitio es apartado, sin iluminación. Cuesta llegar.
Aunque le prestaron primeros auxilios y lograron estabilizarlo, cuando ingresó a la Clínica Magdalena la fuerzas con las que Michael trataba de aferrarse a la vida, se extinguieron, dejó de respirar. Un solo balazo que lo atravesó fue suficiente para finiquitarlo.
Un barrista aficionado
Michael, de 26 años, era un fiel hincha del Atlético Nacional, trabajaba con su papá como ayudante de mecánico en un taller de automotriz. Tenía muchos amigos. Dicen que no se metía con nadie.
“Salió de trabajar y fue a echarle ojo a un lote que tenía allá en Fertilizantes. No sabíamos que tuviera problemas”, contó desconcertada la madrastra de Michael.
Lo quería como si fuera su propio hijo, lo crió desde que tenía un año.
Investigan el crimen
“Estamos adelantando las pesquisas y recolectando información.
De Michael Alejandro tenemos conocimiento que en el 2016 tuvo un proceso por el delito de acceso carnal violento con menor de 14 años”, indicó el Mayor Carlos Ardila Pérez de la Policía del Magdalena Medio.
Nadie sabe qué odio enardecido tenían en su contra para que la única solución fuera ‘liquidarlo’ de ese manera. ¡Qué horror!
