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Viernes 12 de agosto de 2022 - 12:00 PM

Cuál es la mejor hora para ir a dormir Aquí te contamos

No todos los niños necesitan dormir lo mismo. Depende de muchos factores. Uno de ellos, por supuesto, es la edad. Así, mientras que un bebé de 18 meses necesita dormir unas 14 horas, a un niño de 10 años le bastan con 9 horas.

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No todos los niños necesitan dormir lo mismo. Depende de muchos factores. Uno de ellos, por supuesto, es la edad. Así, mientras que un bebé de 18 meses necesita dormir unas 14 horas, a un niño de 10 años le bastan con nueve horas.

A partir de este dato, y de la hora a la que tengas que despertarte, hemos elaborado este especial para contarte a la hora que deberías ir a dormir., y está basado en una tabla que un día publicó el colegio Wilson Elementary School de Kenosha (Wisconsin, EE.UU.), según el portal web Guía Infantil, y con la orientación de Laura Río Martínez, psicología clínica y de la salud.

A continuación encontrarás el horario adecuado en el cual, dependiendo de tu edad, descubrirás cuál es la hora perfecta para ir a la cama:

Cinco años:

Si tienes cinco años, estás en la primera etapa escolar en primaria. Muchos cambios. En los primeros días tal vez estés más nervioso y caigas rendido mucho antes de que te acostumbres. O al revés... por los nervios no consigas dormir. Si te levantas muy temprano, a las 6:00 de la mañana, deberás acostarse a las 6:45 de la tarde. Puede parecer un imposible, es muy temprano, pero es la única forma de asegurarte de que duermas lo que debes. Si te levantas más tarde, a las 8:00 a.m., por ejemplo, bastará con que te acuestes a las 8:30 p.m.

Seis años:

A los seis años, los niños se inician en un nuevo ciclo escolar: primaria. Por lo general, necesitas 15 minutos menos de sueño. Si te levantas a las 7:30 de la mañana para ir al colegio, puedes irte a dormir a las 8:30 p.m.

Siete años:

Con siete años necesitarás 11 horas de sueño para rendir de forma adecuada en el colegio. Intenta dormir más de 10 horas. Aunque ten en cuenta las actividades de tu día a día, de eso dependerán tus necesidades de descanso. No te agobies si no duermes las 11 horas completas, si te sientes activo y feliz, ¡estarás bien!

Ocho años:

Según los expertos, a esta edad los niños pueden dormir 10 horas y media. Pero muchos duermen menos. Si te tienes que levantar muy temprano para ir al colegio (más o menos 6:30 a.m.), tendrás que irte a dormir a las 8:00 p.m.

Nueve años:

A partir de esta edad ya necesitarás menos horas de sueño, y eso que las exigencias académicas aumentan. Aún así, sigue siendo recomendable que duermas al menos 10 horas. ¡Puedes hacer el cálculo!

Diez años:

A esta edad, aseguran los expertos, quizá empiezas a sentirte ‘mayor’, y quieras acostarte más tarde. Sin embargo, necesitarás cerca de 10 horas de sueño. Si te levantas a las 7:00 a.m. para ir al colegio, deberías dormir a las 9:00 p.m.

Once y 12 años:

A esta edad no necesitarás cumplir con la rigurosidad de las 10 horas de sueño. Pero sí debes dormir más de ocho horas. Puede que con nueve horas de sueño sea suficiente.

- Tomar alimentos que te activen:

Existen una serie de alimentos que no debes comer si quieres dormir profundamente: comidas picantes, bebidas energéticas, chocolate amargo... Tampoco es recomendable que te acuestes con hambre o que bebas mucho líquido, porque te levantarás varias veces para ir al baño.

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- Hacer a un lado dispositivos electrónicos:

Según un estudio publicado por la UIC Barcelona, los niños que pasan más de dos horas al día frente algún tipo de pantalla duermen peor por la noche. Si los expertos lo dicen, ¡deberías revisar tu tiempo en pantalla!

- Evitar los juegos movidos:

Es cierto que debes hacer ejercicio físico para evitar sobrepeso, mantenerte en forma, liberar tensiones... Pero en el momento y horas adecuadas, no antes de irse a la cama porque lo único que harás, será volver a poner tu energía al 100%.

- Hablar de lo que se hará al día siguiente o agendar planes:

Si estás pensando en lo que harás la mañana siguiente, ¡tu mente se activará y dirá adiós al sueño! Tampoco es conveniente pensar en problemas o planes en el momento de acostarse. Esto se debe dejar hecho antes o realizarlo al día siguiente en el momento del desayuno o de camino al colegio. ¡Ya habrá tiempo!

- Realizar ejercicios de yoga o meditación: este tipo de actividades te permitirán relajarte, liberarte de todo lo que viviste en el día, y de emociones negativas. Si te cuestan un poco estos ejercicios, puede ayudarte con música relajante.

- Tomar un baño caliente con tu música favorita de fondo, te ayudará a bajar el ritmo del día, poco a poco... Y si le pides a tus padre que lo complementen con un masaje, ¡muchísimo mejor!

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- Establece rutinas y hábitos que le permitan a tu cerebro y cuerpo reconocer cuando se acerca la hora de ir a la cama y empiece a relajarse para el descanso.

- Un aspecto muy importante es que puedas tener un ambiente ameno en tu habitación. Bajar la intensidad de las luces, con ayuda de una persiana y controlar la temperatura para que no esté muy caliente, ni muy frío. Tener las pantallas fuera del cuarto también contribuirá a que descanses mejor.

- La relación con tus padres durante el día es muy importante para desarrollar hábitos relacionados con el sueño, según lo explica el informe “Alteraciones del sueño infantil”, realizado por el pediatra Ignacio J. Cruz Navarro, para la AEPap.

Hay niños que regulan ellos mismos sus tiempos de sueño. Es decir, duermen lo que necesitan y se duermen a la hora que “se caen de sueño” sin obligación de por medio. Dormir las horas suficientes en la etapa escolar favorece los procesos de atención y memoria.

Un día de 1963, en San Diego, Estados Unidos, Randy Gardner decidió hacer un interesante experimento para la feria de ciencias de su colegio: no dormir. El joven de 17 años quería quedarse despierto el mayor tiempo posible para ver qué pasaba con su cerebro.

Durante la investigación, según cuenta el artículo que leí, se sumaron dos amigos y científicos del sueño.

¿Qué pasó durante el experimento?

- Primer día: fue fácil. No registró mayor problema.

- Segundo día: ya se sentía un poco aturdido y no podía reconocer muy bien los objetos, aunque tuviera los ojos abiertos todo el tiempo. Su cerebro parecía empezar a sufrir algunas consecuencias.

- Tercer día: Randy comenzó a sentir náuseas. Todo el tiempo estaba de mal humor y no podía coordinar ninguna de las tareas que hacía.

- Cuarto día: el joven empezó a decir cosas incoherentes y a alucinar. Pensaba que era un jugador de fútbol americano.

Los siguientes días todo empeoró: tenía problemas para hablar y enfocar con sus ojos. Tenía pérdidas de memoria, paranoia y alucinaciones.

Luego de estar más de una semana sin dormir, Randy se recuperó durmiendo 14 horas, pero años después empezó a sufrir insomnio y creía que era por el experimento.

Consiguió un récord Guinness, pero luego la prueba fue eliminada por los riesgos a la salud. Randy logró mantenerse despierto durante 11 días y 25 minutos.

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Publicado por Redacción Vanguardia

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