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Viernes 23 de septiembre de 2022 - 12:00 PM

Las hermanas Vega Galindo conquistan las aguas abiertas de Santander y el mundo

María Gabriela, de 13 años, e Isabella, de ocho años, son las talentosas hermanas Vega Galindo que se están llevando todas las medallas en natación.

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Suministrada/Vanguardia Kids
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María Gabriela, de 13 años, e Isabella, de ocho años, son las talentosas hermanas Vega Galindo que se están llevando todas las medallas en natación. Ambas representarán a Colombia en el Mundial de Aguas Abiertas que se llevará a cabo en Grecia. Su disciplina y talento las convierten en nuestras estrellas de esta semana.

Gabriela ha competido en dos de las principales disciplinas de natación: Aguas Abiertas y Natación Carreras. Ha sido convocada para la Selección Santander en la categoría Infantil B y sus máximos logros los ha conseguido nadando largas distancias. También ha representado al departamento en Barranquilla y Cartagena.

Isabella tiene una prometedora carrera como nadadora. A su corta edad, se destaca en natación de carreras, “gracias a su explosiva salida del taco y la velocidad con la que compite en cada prueba”. En aguas abiertas también ha obtenido destacados logros, uno de ellos fue alcanzar el segundo puesto en su categoría, al nadar 500 metros en mar abierto durante Oceanman Championship Américas.

El apoyo y la compañía de sus padres ha sido fundamental en el proceso. “Somos un equipo. Ellos no solo nos llevan a entrenamiento, sino que están pendientes de todos los temas que tienen que ver con nosotras”. Además, siempre se han sentido tranquilas de poder manifestarle a sus padres qué es lo que quieren ser y hacer. “El secreto de todo es hacer lo que realmente les encanta”. Por otro lado, el estar muy bien rodeados, “si quieres resultados extraordinarios, rodéate de personas extraordinarias, sino será muy difícil hacer cosas extraordinarias”, señala Gaby.

Isa y Gaby siempre han tenido clara su pasión por aprender, por conocer y vivir el mundo, a través de diferentes habilidades. No siempre fue la natación, pero así fueron conociendo sus gustos, talentos y pasiones. “A mí siempre me gustó nadar, aprendí solita cuando tenía dos años. Viajabamos mucho y siempre encontraba una piscina, así que aprendí por exposición, como dice mi mamá”, comenta Gaby.

Sin embargo, luego de un tiempo en la Liga antioqueña de Natación, tuvo que dejarlo porque se mudaron a un pueblo muy frío en el que la piscina no era una posibilidad. Isa, por su parte, empezó con el patinaje, no le gustaba la piscina por el frío y el miedo que le provocaba. “Me inscribieron a la Liga de Patinaje para que aprendiera y cuando ya iba a empezar a competir fue cuando nos fuimos para Guateque, y allá no encontramos clases de patinaje para el nivel que yo estaba”, recuerda Isa.

Ambas, en algún momento pusieron en pausa el deporte, para dar cabida a las artes y la música. “Llevaron a Gaby a las clases de música, allá tocaba el redoblante, los timbales y finalmente yo me quedé con la trompeta”, agrega Isabella.

Las hermanas Vega Galindo consideran que su éxito se debe a la constancia, el entrenamiento y la pasión. “Entrenamos mucho, no solo en la piscina sino por fuera, entrenamiento físico y también entrenamiento mental. En el equipo tenemos una entrenadora mental, Toya Álvarez, y con ella trabajamos mucho el autoconocimiento y cómo superar el autosabotaje, hacemos ejercicios de visualización y aprendemos a trabajar mentalmente por lo que queremos”, cuenta Gaby.

La alimentación, las rutinas y tener las metas claras también es muy importante. Y sus padres siempre las han apoyado. Incluso estudian juntos, sobre la técnica, con videos, con competencias mundiales y monitoreando los tiempos. Incluso hacen tablas en Excel para registrar sus avances. Eso trabajo duro es el que las ha llevado a los primeros lugares del podio.

Entrenaron durante algunos meses en Acuarela, en la Mesa de Los Santos. Siempre nadaban de cuatro a cinco kilómetros, y fue donde se prepararon para ir a participar a Cartagena al Oceanman Championship Américas, que se cumplió en febrero pasado. “Competí junto a más de 170 personas en la prueba, la mayoría personas adultas y muy profesionales. Apenas la recibí me puse a llorar porque nunca me imaginé clasificar a un internacional”, comenta Gaby.

En esa misma competencia Isa logró el segundo puesto. “Todos los niños eran más grandes que yo y pudieron pasar por encima de las olas y yo no podía, pero aunque las olas me tumbaban yo me volvía a parar y volvía a intentar nadar, hasta que pude salir del rompeolas y empecé la prueba. Nunca miré atrás porque yo sí quería nadar”.

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Publicado por Redacción Vanguardia

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