Sin lugar a dudas, las ciclorrutas hacen parte de una sana estrategia que le apuesta a incentivar el uso de este ‘vehículo de dos ruedas’ en la reconfiguración del concepto de movilidad sostenible. Pese a ello, el Municipio no ha podido garantizar el debido aprovechamiento de estas vías por hechos puntuales que no permiten que en ellas se ‘pedalee’ bien.
Si bien las ciclorrutas priorizan la destinación de espacios únicos y exclusivos para los ciclistas, ellas hoy son más utilizadas por los motociclistas y por las ventas ambulantes.
Muchas personas han encontrado ‘barreras’ para hacer de la bicicleta su transporte cotidiano, y la principal de ellas es la incultura ciudadana, sin contar que el parque automotor ha crecido mucho y eso hace que, por ejemplo, los motociclistas las tengan como sus ‘pasos de escape’.
Lo que para los biciusuarios debería ser un viaje seguro, sin exagerar, se convierte en una verdadera amenaza en la que ellos se ven expuestos a varios riesgos, sobre todo porque encuentran recurrentemente obstáculos en los trazados.
Todo el tiempo, si no son los imprudentes peatones, son los informales, las referidas motos o los carros los que usurpan esos espacios para circular.
Los bicicarriles, como también se les suele llamar, han recibido elogios de activistas de este medio de transporte; pero ellos también hacen un llamado para mejorar ciertos aspectos, de tal forma que se consiga el objetivo de seguir promoviendo el uso de la ‘bici’ en la capital santandereana.
Según ellos, los diseños no funcionan. En muchos carriles, los ciclistas prefieren irse por las avenidas porque se quedan en ‘puntos ciegos’ que los dejan en un inminente peligro, tal y como ocurre en algunos tramos del barrio La Aurora.
Además de estos reparos que esgrimen los ciclistas sobre las vías que disponen para ellos, la inseguridad aparece como otro factor que impide que ellos se sientan confiados pasando por una ciclorruta, sin que en algún momento sean sorprendidos por uno o varios ladrones.
Por otro lado, este proyecto tiene muchos detractores porque, según denuncian, “las ciclorrutas hicieron parte de un proyecto impuesto por la anterior administración, -la de Rodolfo Hernández-, sin ningún tipo de concertación con la ciudadanía”.

Los más críticos de estos tramos alegan que se pretendió favorecer a personas que avalan las bondades del transporte en bicicleta, pero afectaron a toda una población que no tiene vías y que cada día que pasa se queda atorada en su movilidad vehicular.
Muchos de ellos aseguran que los carriles instalados incrementaron la congestión vehicular, al tener menos terreno para movilizarse en muchas avenidas principales; sobre todo en zonas como la calle 33, la Ciudadela Real de Minas, el Parque de los Niños, entre otros.
El descontento se incrementa al advertir que en muchos corredores hay poco flujo de biciusuarios o, peor aún, que muchos no utilizan estos caminos, mientras a los carros particulares les toca ‘apretarse’ en los pocos espacios que les quedan para la movilización vehicular en Bucaramanga. ¿Usted qué opina?
LOS CINCO LUNARES

1.
En algunos de los trayectos, en donde se segregó un carril para los ciclistas, es común ver apostados ‘a lado y lado’ vendedores informales. En ese sentido, la zona Centro es la más invadida.

2.
Con frecuencia, los motociclistas usan las ciclorrutas para parquear sobre ellas sus medios de transporte. Y también se desplazan por dichas áreas para ‘sacarles el quite’ a los trancones de la ciudad.

3.
Los propios biciusarios y los entes de control sostienen que “las ciclorrutas quedaron mal diseñadas”, entre otras cosas, porque las intersecciones viales se convierten en un riesgo para los ciclistas.

4.
Muchos conductores han cuestionado la adopción de los ‘ciclocarriles’ en una ciudad como Bucaramanga, en donde no hay vías suficientes. Los detractores argumentan que en muchos tramos es muy bajo el flujo de bicicletas.
5.
La movilidad por las ciclorrutas requiere de pedagogía ciudadana. Aún se ven imágenes como estas, en donde al taxista y a los pasajeros se les hace fácil circular por dichos trayectos.
¿Usted ha detectado otros problemas con las ciclorrutas, como para incluirlos en este Top Urbano? Coméntelos a través de nuestras redes sociales o en este correo electrónico: eardila@vanguardia.com