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En aumento: ya son más 11.200 los muertos por el terremoto en Turquía y Siria
- Efe / VANGUARDIA
El número de muertos en Turquía alcanzó los 8.574, anunció el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, quien visitó la ciudad de Kahramanmaras, epicentro del terremoto, y en Siria 2.662 cuerpos fueron recuperados de los escombros.
La ayuda internacional debe empezar a llegar ayer martes a las zonas castigadas por el terremoto y sus réplicas. La primera sacudida, en la madrugada del lunes, alcanzó una magnitud 7,8 y se sintió hasta en Líbano, Chipre y el norte de Irak.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decretó el estado de emergencia por un periodo de tres meses en diez provincias del sureste azotadas por el sismo.
En base a los mapas de la zona afectada, una responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Adelheid Marschang, indicó que "23 millones de personas están expuestas" a las consecuencias del terremoto, "incluyendo cinco millones de personas vulnerables".
"Es una carrera contra el reloj", advirtió el director general de la institución, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
A veces con las manos desnudas, los socorristas continuaron la dramática búsqueda de supervivientes durante la noche, desafiando al frío, la lluvia o la nieve y el riesgo de nuevos derrumbes.
En Jindires, un localidad siria en la frontera con Turquía, una recién nacida, todavía con el cordón umbilical unido a su madre fallecida, fue hallada viva entre los cascotes de un edificio.
Más al sur, en Alepo, Mahmud al Ali esperaba junto a un edificio destruido. "Mi suegra, mi suegro y dos de sus hijos (están atrapados)", dijo. "Estamos aquí sentados, en el frío y la lluvia, esperando que los socorristas empiecen a excavar".
En la provincia de Hatay, en el sur de Turquía, rescataron con vida a una niña de 7 años que había quedado bloqueada bajo una montaña de escombros. "¿Dónde está mi madre?", dijo la pequeña, con su pijama rosa manchado de polvo, en brazos de un socorrista.
El futbolista ghanés Christian Atsu, exjugador del Málaga y del Chelsea y que fichó en septiembre por el Hatayspor, fue encontrado vivo entre las restos de un inmueble.
Primera ayuda internacional
La ayuda internacional a Turquía debe empezar a llegar el martes con los primeros equipos de socorristas de lugares como Francia o Catar.
El presidente estadounidense Joe Biden prometió a su homólogo turco Recep Tayyip Erdogan "toda la ayuda necesaria, sea la que sea". Así, Dos destacamentos estadounidenses con 79 socorristas cada uno se estaban preparando el lunes para desplazarse al lugar, indicó la Casa Blanca.
Por su parte, el contingente francés pretende llegar hasta Kahramanmaras, en el epicentro del terremoto, una región de acceso difícil y sepultada bajo la nieve.
China anunció el martes el envío de una ayuda de 5,9 millones de dólares, que incluirá equipos especializados en el socorro en entornos urbanos, equipos médicos y material de urgencia, según un medio estatal de Pekín.
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En cambio, el llamado lanzado por el gobierno de Siria recibió por ahora respuesta de Moscú, su aliado, que prometió equipos de socorro "en las próximas horas", además de 300 militares rusos que ya se encuentran en el lugar para ayudar en el rescate.
La ONU también reaccionó, pero insistió en que la ayuda debe llegar a toda la población siria, incluida la parte que no está bajo control de Damasco.
Aprovechando el caos provocado por las sacudidas, una veintena de combatientes presuntamente del grupo Estado Islámico (EI) escaparon de una prisión militar en Rajo, controlada por rebeldes proturcos.
Los balances a un lado y otro de la frontera no dejan de aumentar y, teniendo en cuenta la magnitud de la destrucción, pueden seguir la misma tendencia.
Solo en Turquía, las autoridades contabilizaron casi 5.000 inmuebles derrumbados.
Además, la caída radical de las temperaturas conlleva un riesgo suplementario de hipotermia para los heridos y las personas atrapadas en los escombros.
Dormir al raso
La Organización Mundial de la Salud, OMS, dijo que temía lo peor y el lunes, cuando el cómputo de muertos se situaba en alrededor de 2.600 personas, auguró un balance "ocho veces más elevado".
Durante el lunes, se registraron hasta 185 réplicas, además de las dos sacudidas principales: una de 7,8 en medio de la noche y la otra de magnitud 7,5 al mediodía.
Las réplicas continuaron durante la madrugada del martes. La más fuerte, de magnitud 5,5, ocurrió a las 6: 13 locales (3H13 GMT) a 9 km al sureste de Gölbasi (sur).
Las autoridades turcas habilitaron gimnasios, escuelas y mezquitas para albergar a los supervivientes. Pero por temor a nuevos sismos, muchos habitantes prefirieron pasar la noche al raso.
"Todo el mundo tiene miedo", aseguraba en Sanliurfa (sureste de Turquía) Mustafa Koyuncu, un hombre de 55 años que pasó la noche con su mujer y sus cinco niños en el coche familiar.
El presidente turco decretó un luto nacional de siete días y el cierre de escuelas durante una semana.
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