Un total de tres grandes incendios han obligado a desalojar a más de 150 mil vecinos en California, EEUU, donde hay un gran número de desaparecidos.
El mayor fuego de todos y el único que por el momento ha resultado mortal es el bautizado como "Camp Fire", en el norte del estado, que en poco más de 24 horas ha arrasado 28 mil hectáreas y ha engullido gran parte de la localidad de Paradise, de 26 mil habitantes y a unos 280 kilómetros de San Francisco.
"La magnitud de la destrucción que estamos viendo es desoladora. Sabemos que hay víctimas mortales", indicó en una rueda de prensa el director de la Oficina de Servicios de Emergencia de California, Mark Ghilarducci.
Los cinco fallecidos que se han confirmado por el momento fueron hallados en sus vehículos, calcinados cuando trataban de huir por carretera de las llamas.
El intenso tráfico que se produjo durante las evacuaciones llevó a muchas personas a abandonar sus coches y huir a pie, lo que a su vez congestionó todavía más las vías de circulación y generó una situación caótica.
El edil del Ayuntamiento de Paradise Scott Lotter, que salió de la localidad junto a su familia, declaró al diario The Sacramento Bee que "el pueblo entero está en llamas" y describió un escenario de "horror y caos" con las carreteras colapsadas por el tráfico y los vehículos abandonados.
Debido a los fuertes vientos que soplan en la zona, y que junto a la sequedad del terreno han contribuido a la rápida expansión de las llamas, el humo se desplaza cientos de kilómetros y ha alcanzado el área de la bahía de San Francisco, donde se ha declarado alerta roja por la mala calidad del aire.
En paralelo al "Camp Fire", otros dos fuegos de menor tamaño arden en el sur del estado.
Los tres incendios se han propagado con extrema celeridad a causa de la poca humedad del terreno y de los fuertes vientos, que en el caso del sur del estado son conocidos como vientos de Santa Ana, muy secos y que soplan con fuerza cada otoño provenientes del área desértica del interior de California.