Familia de Taylor exige respuestas a la justicia
El abogado de la familia de la afroamericana Breonna Taylor, Ben Crump, exigió ayer que el fiscal general de Kentucky (EE.UU.), Daniel Cameron, publique todas las deliberaciones que llevaron a no imputar por asesinato a ninguno de los agentes implicados en la muerte de la joven.
Crump, acompañado de la madre de Taylor, Tamika Palmer, dijo en una rueda de prensa en Louisville que la familia está “rota, escandalizada y devastada por la decisión del fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron”, ya que tras las deliberaciones del jurado investigador no hizo ningún intento de presentar pruebas a favor de las demandas de justicia por la afroamericana.
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“Es por ello que estamos unidos y demandamos y declaramos que debe publicar las transcripciones del proceso de jurado investigador para saber si alguien dio voz a Breonna Taylor”, señaló. “Da la sensación que hay dos sistemas de Justicia en Estados Unidos: uno para los negros y otro para los blancos”, agregó desde la plaza de Jefferson de Louisville.
Los asistentes aseguraron que “las calles seguirían calientes” ayer con un tercer día consecutivo de protestas y aseguraron que desafiarán el toque de queda que comienza a las 9 de la noche.
Taylor murió tras recibir seis impactos de bala el pasado marzo en un registro policial sin anunciar por parte de tres agentes de paisano que dispararon indiscriminadamente, después de que el novio de la mujer los confundiera con asaltantes y disparara contra los policías.
El fiscal Cameron, una estrella en alza en el Partido Republicano del estado, decidió esta semana no presentar cargos por la muerte de la Taylor tras las deliberaciones de un jurado investigador, que solo vio indicios de imprudencia temeraria en las acciones del exagente Brett Hankinson, cuyos disparos impactaron en una vivienda vecina no relacionada con el registro.
Hankinson está en libertad tras pagar una fianza de 15.000 dólares y tanto la familia como activistas por los derechos civiles han mostrado su descontento por el hecho de que todos los implicados en la muerte de Taylor quedaran impunes, pese a que a la joven no se le encontraron drogas o ninguna prueba de actividad ilegal.