En el mundo entero, los comerciantes han sido punto focal de las medidas gubernamentales frente a la pandemia y centro de...
Gobierno de Paraguay, arrinconado por gestión de crisis de la COVID-19
- Mario Abdo Benítez, del partido Colorado, gobierna desde agosto de 2018 en Paraguay. (Foto: EF / VANGUARDIA)
El aniversario del primer caso del coronavirus SARS-CoV-2 en Paraguay coincide con los intentos del presidente Mario Abdo Benítez de desactivar la crisis política originada por las marchas ciudadanas que exigen su renuncia por su gestión sanitaria, con los hospitales colapsados, carentes de insumos y sin perspectivas de una pronta vacunación.
La principal medida del mandatario se anunció el pasado sábado, con el anuncio de cuatro cambios de ministros que serán designados hoy, lo que no ha frenado las movilizaciones pidiendo su dimisión, que en la tarde están anunciadas se realicen frente a la residencia presidencial.
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Para los siguientes días también está previsto que los principales partidos de la oposición prosigan negociaciones para impulsar desde la Cámara de Diputados un juicio político al mandatario, del conservador Partido Colorado.
De momento, además de esos cuatro ministros, las crisis sanitaria y política le han costado el puesto al ministro de Salud, Julio Mazzoleni, que renunció este viernes tras las protestas del gremio de enfermería y familiares de pacientes por la escasez de medicamentos.

El país suma 3.294 muertos y más de 166.000 contagiados por el coronavirus en un año.
Para muchos paraguayos, muchos de los males que arrastra el país, como la corrupción, la falta de desarrollo o las carencias en educación y sanidad, son producto de las décadas de gobiernos colorados que encadena el país desde la dictadura, a excepción de una legislatura en la que gobernó la oposición.
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Mientras los manifestantes desfilaban hasta la sede del Partido Colorado, el presidente anunciaba cambios en su Gabinete para tratar de descomprimir la crisis y hacer ver a los paraguayos que escuchaba sus reclamos.
En esta última parada, los ciudadanos paraguayos recordaron a Abdo Benítez que no se contentan con este lavado de imagen y pidieron su dimisión, así como la de Velázquez, que sería su sucesor en caso de que prosperara un posible juicio político.