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Martes 30 de noviembre de 2021 - 12:00 PM

Número de niños que viven en zonas de guerra aumentó un 20% en 2020

Un número récord en más de una década de casi 200 millones de niños y niñas viven en zonas de guerra, muchos de los cuales ya están en riesgo por el cambio climático y se enfrentan a niveles de hambre sin precedentes.

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El número de grupos armados alrededor del mundo que reclutan niños ha aumentado durante la pandemia hasta 110, frente a los 85 de 2019. EFE / VANGUARDIA
El número de grupos armados alrededor del mundo que reclutan niños ha aumentado durante la pandemia hasta 110, frente a los 85 de 2019. EFE / VANGUARDIA

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El número de grupos armados alrededor del mundo que reclutan niños ha aumentado durante la pandemia hasta 110, frente a los 85 de 2019. EFE / VANGUARDIA

El número de niños que viven en zonas de guerra se situó en 2020 en casi 200 millones, un aumento de cerca de un 20 por ciento, respecto a los 162 millones del año anterior, hasta alcanzar un nuevo máximo en más de una década, según ha revelado Save the Children en un informe publicado hoy, en el que ha alertado de que muchos de esos niños ya están en riesgo por el cambio climático y se enfrentan a niveles de hambre “sin precedentes”.

Se trata de la segunda cifra más alta registrada, sólo detrás de la de 2008, cuando se estimaron 208 millones, según el trabajo, el sexto informe de la ONG en el contexto de la campaña global ‘No a la Guerra contra la Infancia’. El incremento, a juicio de Save the Children, demuestra que la pandemia del COVID-19 y el llamado de Naciones Unidas a un alto el fuego mundial “no fueron suficientes” para detener estas guerras.

La directora general de Save the Children International, Inger Ashing, ha considerado “sencillamente espantoso” que, a pesar del COVID-19 y la petición de Naciones Unidas, haya más niños que nunca “en el punto de mira de las zonas de guerra más mortíferas”. “Ni siquiera una pandemia mundial fue suficiente para detener las guerras y atrocidades más brutales”, ha añadido.

El informe achaca el aumento, en parte, a los brotes de violencia en Mozambique y a los conflictos de Afganistán, República Democrática del Congo (RDC), Nigeria y Yemen. Estos países, además, son los que más están sufriendo el cambio climático y los que se enfrentan a mayores hambrunas, dijo Ashing.

Asimismo, 337 millones de niños vivían cerca de grupos armados y fuerzas gubernamentales que reclutan menores en 2020, una cifra que triplica la de 1990, cuando este número se situó en 99. En este sentido, el número de países en los que se recluta a niños --que son en los que viven más de la mitad de los niños del mundo, casi 1.300 millones-- aumentó a 39, el más alto en las últimas tres décadas.

Save the Children ha avisado que el número de grupos armados que reclutan niños ha aumentado durante la pandemia hasta 110, frente a los 85 de 2019. La ONU verificó casi 8.600 casos de reclutamiento y utilización de niños en 2020 --aproximadamente 25 al día-- a pesar de la pandemia mundial, lo que supone un aumento del 10% respecto al año anterior. Sin embargo, Save the Children considera que es probable que estas cifras representen solo una parte de los casos reales.

Según el análisis de Save the Children, Afganistán, Siria, Yemen, Filipinas e Iraq tienen el mayor porcentaje de niños que viven en zonas donde existen grupos o fuerzas armadas que han reclutado a niños, hecho que los expone a un mayor riesgo de reclutamiento.

Algunas de las razones por las que los niños son más vulnerables al reclutamiento son la pobreza y la imposibilidad de asistir a la escuela, factores que “no han hecho más que empeorar” con la pandemia, ha lamentado la ONG, que ha matizado que muchos de estos niños también se ven atraídos por estos grupos “en busca de un sentido de pertenencia, protección contra los abusos, estatus o venganza”.

Una vez reclutados, sus funciones puede ir desde la lucha en el frente hasta la vigilancia en puestos de control. En el caso de las niñas, aunque sólo constituyeron el 15% de los casos de reclutamiento denunciados por la ONU en 2020, a menudo son elegidas para actuar como espías, colocar minas y artefactos explosivos improvisados o actuar como terroristas suicidas porque es menos probable que llamen la atención. Su vulnerabilidad, su situación socioeconómica y su género también las hace susceptibles de sufrir abusos “generalizados”.

Los niños utilizados por los grupos y fuerzas armadas, por su parte, corren un mayor riesgo de sufrir lesiones, discapacidades, enfermedades mentales o físicas crónicas, trastorno de estrés postraumático, violencia sexual y muerte, ha precisado la ONG.

“Estábamos en el río nadando cuando nos llevaron al bosque por la fuerza. Nos torturaron, nos golpearon y nos enseñaron a matar y secuestrar gente”, cuenta Jean, de 17 años, que fue obligado a unire a un grupo armado de RDC antes de ser rescatado por una organización socia de Save the Children en el terreno. Jean señala que han sufrido “mucho” y explica que “cuando estaba en la selva” se sentía “muy mal”. “Tenía mucho miedo. Mi vida era difícil”, resume.

Ashing ha asegurado que millones de niños no han conocido “otra cosa que la guerra”, lo que les acarrea “terribles consecuencias para su salud mental, su capacidad de ir a la escuela o el acceso a servicios que salvan vidas”.

“Esto es una mancha para la comunidad internacional y no puede continuar así”, ha censurado, antes de remarcar que se sabe que se pueden hacer frente a los mayores retos de nuestro tiempo y lograr avances notables “cuando trabajamos juntos”, como el reciente desarrollo de las vacunas contra el COVID-19. “Ahora tenemos que hacer lo mismo para proteger a la infancia de los horrores de la guerra”, ha remachado.

Ante esta situación, Save the Children ha pedido a los líderes mundiales, junto a los donantes, los miembros de la ONU y las ONG, que trabaje juntos para que los autores de estas violaciones rindan cuentas para garantizar que todas las políticas y los marcos jurídicos pertinentes se ratifiquen y apliquen, además de para garantizar que los donantes y los gobiernos den prioridad a la financiación de la protección de la infancia en respuestas humanitarias --actualmente en su punto más bajo-- para apoyar a los niños afectados por el conflicto, incluidos los que son reclutados.

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Publicado por Europa Press

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