En la semana que termina, las redes sociales sirvieron de mecanismo para convocar a un grupo de jóvenes a la sede social...
Silencio presidencial: Jair Bolsonaro todavía no reconoce su derrota en Brasil
- EFE/VANGUARDIA
La transición presidencial será oficial el 1 de enero y estará marcada por la desconfianza de Bolsonaro al sistema electoral.
“En cuanto dependa de nosotros, no faltará el amor. Cuidaremos mucho a Brasil y al pueblo brasileño. Viviremos en un tiempo nuevo. De paz, de amor y de esperanza. Un tiempo en que el pueblo brasileño volverá a tener derecho a soñar”, manifestaba Lula tras conocer los resultados que lo dejaban como presidente electo; en la campaña de su contrincante había un silencio que se mantiene.
El derechista Bolsonaro deberá ceder las llaves del palacio del Planalto el próximo 1 de enero. La tradición indica que el saliente presidente es quien impone la banda al mandatario entrante, ritual que estaría en duda por la rencilla que han sostenido los dos políticos y por los ataques del mandatario actual al sistema electoral brasileño.
“No tengo miedo a las elecciones. Entrego la banda (presidencial) a quien gane con un voto verificable y confiable”, había dicho Bolsonaro a seguidores el año pasado.
El mandatario también había calificado de “imbécil” al presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), el juez Luis Roberto Barroso por oponerse a los tarjetones impresos: “Corremos el riesgo de no tener elecciones el año que viene. El futuro de ustedes está en juego”.
El futuro político y el reconocimiento de la derrota de Bolsonaro todavía son una incógnita. En septiembre de este año había manifestado en una entrevista para Globo que, de no ganar las elecciones, se retiraría porque “a mi edad ya no me queda nada más por hacer aquí en la tierra”.
Con la llegada de Lula al poder, el panorama político favorece a la izquierda en América del Sur –a excepción de Uruguay, Paraguay y Ecuador– los demás países son liderados por gobiernos izquierdistas.
Protestas
Desde que se conoció la victoria de Lula en Brasil han transcurrido 13 horas y seguidores de Bolsonaro, en lo que parece una protesta por la derrota, bloquearon carreteras del país.
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Varios puntos en el estado agrícola de Mato Grosso (centro-oeste), ampliamente favorable al presidente, estaban en la mañana bloqueados “por neumáticos quemados y vehículos”, como camiones, autos y camionetas, informó la Concesionaria Rota Oeste, que administra una carretera en ese estado.
No estaba claro de momento si había algún grupo liderando el movimiento. Los medios locales reportaban bloqueos en al menos cinco estados, incluyendo una carretera que conecta Río de Janeiro y Sao Paulo.
En el estado de Paraná (sur), un grupo de manifestantes bloqueaba otra vía, después de que la Policía Federal de Carreteras (PRF) despejara al menos otros ocho puntos a lo largo de la madrugada, informó la institución.