La primera ministra británica, Theresa May, continuó buscando apoyos a su acuerdo del brexit, entre presiones desde su propio partido para que posponga la votación en el Parlamento, prevista el próximo martes, en la que parece abocada a una derrota.
El presidente del grupo conservador en la Cámara de los Comunes, Graham Brady, se ha mostrado abierto a retrasar el voto del ‘brexit’ hasta que haya más “claridad” sobre el mecanismo de salvaguarda para la frontera de Irlanda del Norte.
Aún así, al menos tres miembros del gabinete, según medios británicos, han pedido un aplazamiento que permita a May volver a Bruselas y pedir nuevas concesiones en el tratado de salida o en la declaración política sobre la futura relación comercial, algo a lo que la Unión Europea se ha mostrado contraria hasta ahora.
“Lo único que marca el sentido común político es retrasarlo. Necesitamos encontrar una solución y no podemos hacerlo de aquí al martes”, señaló una fuente del Gobierno.
Las votaciones
La primera ministra necesita al menos 320 votos para pasar el acuerdo, pero cuenta tan solo con 315 diputados conservadores y el norirlandés Partido Democrático Unionista, cuyos 10 parlamentarios han apoyado al Gobierno hasta ahora y es uno de los principales críticos del texto.
El pacto con Bruselas ha provocado un profundo malestar en la facción más ‘euroescéptica’ del Partido Conservador: según la cadena Sky News, entre 80 y 90 parlamentarios “tories” pueden revelarse contra la primera ministra, lo que podría poner en duda la continuidad de May al frente del Ejecutivo.
Un análisis de la agencia local PA indica sin embargo que hasta ahora han sido 29 los diputados conservadores que han afirmado de forma explícita que prevén votar en contra del pacto.
La falta de respaldo al tratado de salida, que May califica como el “único” posible, incrementa el temor a que el Reino Unido abandone la UE el próximo 29 de marzo de forma no negociada y a las posibles consecuencias económicas.
Economía en peligro
El Gobierno advirtió que una ruptura abrupta podría provocar hasta seis meses de caos en los puertos del canal de la Mancha y el eurotúnel, dado que podrían imponerse nuevos controles aduaneros que entorpecerían el paso de mercancías.
A su turno, el ministro de Salud, Matt Hancock, alertó en particular a las compañías farmacéuticas y al Sistema Nacional de Salud para que preparen planes de contingencia que eviten escasez de ciertos fármacos y productos.
Antes de que el debate sobre el “brexit” se reanude en el Parlamento el lunes, May envió a varios de sus ministros a distintos puntos del Reino Unido para intentar ganar nuevos apoyos.
El ministro para la salida de la Unión Europea, Stephen Barclay, visitó una fábrica en la localidad inglesa de Peterborough y defendió la necesidad de aprobar el pacto de salida para garantizar la estabilidad y alejar las incertidumbres económicas.