Cuando en 2006 Raúl Castro asumió la presidencia de Cuba, en aquel momento de forma temporal para suplir a su hermano Fidel que se encontraba convaleciente de una compleja intervención quirúrgica, el mundo se sorprendió con su potente voz, su temple y firmeza.
Durante dos años se mantuvo en el cargo a petición del fallecido líder revolucionario, y cumplió a cabalidad el difícil tránsito de sustituir a Fidel Castro sin que constituyera una situación traumática para el pueblo cubano.
En 2008 fue electo oficialmente presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, y su labor estuvo centrada en reestructurar el funcionamiento del gobierno para dinamizar la economía local y eliminar viejas prohibiciones en el país. Entre ellas, se permitió a los cubanos hospedarse en hoteles y contratar el servicio de telefonía móvil.
Una de las prioridades de Raúl Castro desde el inicio de su mandato fue incrementar la productividad agrícola en Cuba, por lo que declaró “estratégica” esta tarea en un país donde se importa cerca del 80 % de los alimentos que consume la población.
Otra de las medidas que gozó de gran popularidad fue la ampliación y flexibilización en 2010 del trabajo privado, permitiendo a los ciudadanos laborar en unos 180 oficios.
En el aspecto político, el momento cumbre de la presidencia de Raúl Castro fue el 17 de diciembre de 2014, cuando anunció a los cubanos el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y el inicio del proceso de normalización de los vínculos tras más de medio siglo de distanciamiento.