Se esperaba que la monja colombiana Cecilia Narváez, secuestrada en Mali hace tres años, sea también liberada con el inicio de proceso de intercambio de rehenes en este país africano.
El político maliense Soumaila Cissé, secuestrado el pasado mes de marzo, y la trabajadora humanitaria francesa Sophie Petronin, han sido hoy puestos en libertad tras una semana de intensas negociaciones y como resultado de un canje de presos que se tradujo en la excarcelación el lunes de un centenar de yihadistas.
Aunque la liberación de Cissé y de Petronin -cautiva desde diciembre de 2016- se daba por hecha desde el pasado martes, no se ha hecho efectiva hasta hoy, según confirmó esta tarde la Presidencia de la República en su cuenta de Twitter, en la que aseguró que viajaban “rumbo a Bamako”.
Los yihadistas liberados el pasado lunes, que estaban en las cárceles de Bamako, Ségou y Mopti sin haber sido todavía juzgados ni condenados, fueron trasladados tras su excarcelación a dos lugares: la zona fronteriza con Mauritania y Tessalit, donde fueron dejados en libertad.
La liberación de Cissé ya estaba en el aire en los pasados días en Bamako, como resultado de discretas negociaciones entre el Gobierno y los grupos yihadistas a través de intermediarios.
A veces, los secuestros son perpetrados por grupos de delincuentes comunes que “venden” a sus rehenes a los grupos yihadistas, y estas transacciones tienen como consecuencia el retraso de las negociaciones por su liberación.
Pétronin, de 75 años, era la última rehén de nacionalidad francesa que quedaba en el mundo. La cooperante humanitaria llegó hoy a París y fue recibida a pie de pista por un grupo de familiares, por el presidente francés, Emmanuel Macron, y por el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian.
“Los franceses se alegran, igual que yo, de verte por fin, querida Sophie Pétronin. Bienvenida a casa”, señaló Macron en redes sociales.
Pétronin vivía en Mali desde 2001, donde dirigía una organización no gubernamental dedicada a combatir el hambre, especialmente entre los niños, en la región de Gao (este).
Fue secuestrada en diciembre de 2016 y liberada junto con otros dos rehenes italianos y el líder de la oposición política de Mali, Soumaïla Cissé, a cambio de la puesta en libertad de algo más de 200 yihadistas de cárceles del país africano.
La cooperante, que protagonizó un emotivo encuentro con su hijo Sébastien la pasada noche en Mali, agradeció entonces en declaraciones a medios franceses la labor de las autoridades malienses y francesas que permitió su puesta en libertad.
