Las tormentas este verano ya suman 11, para un total de 386 en lo que va del año, en el país europeo. Hasta hace seis años se producían algunas decenas por año, pero se registraron 92 en 2018 y 198 en 2019.
El pasado lunes, los habitantes de la ciudad de Fidenza en el norte de Italia, se vieron sorprendidos por una tormenta de granizo muy fuerte y grande.
La autopista A1 del norte el país resultó afectada, donde decenas de vehículos resultaron dañados, por el granizo del tamaño de pelotas de tenis, en una muestra extrema de un fenómeno climático que según una cámara agrícola se ha intensificado en los últimos años.
La Confederación Nacional de Cultivadores (Coldiretti, por su siglas en italiano) dijo que “en Italia enfrentamos las consecuencias del cambio climático, con una tendencia a la tropicalización y la multiplicación de eventos extremos”, y agregó que éstos incluyen tormentas repentinas y violentas, lluvias intensas y cambios rápidos de cielos despejados a tormentas.
Coldiretti calcula que los eventos provocados por el cambio climático como inundaciones y deslaves han provocado pérdidas de 14.000 millones de euros (16.500 millones de dólares) a la producción, edificios e infraestructura agrarias.
Videos de una fuerte tormenta de granizo cerca de la ciudad norteña de Modena el pasado lunes mostraron autos con las ventanillas destrozadas al costado de una autopista mientras conductores y pasajeros impactados observaban los daños.
Aunque el granizo es un fenómeno habitual del verano en el valle del río Po, el meteorólogo Luca Lombroso dijo al diario boloñés il Resto di Carlino que la fuerza y frecuencia de las tormentas este año son “inusuales”.
