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Viernes 08 de marzo de 2019 - 12:00 PM

HÁGASE OÍR

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Los trapos de la vida ajena

Servicio doméstico mal remunerado, así laboran ellas o ellos en hogares, lavando ropa, cocinando y remendando los trapos de la vida y menesteres.

Por un sueldo mísero gozan su misión, de hogar en hogar cuidando hijos ajenos, de oficios y mandados, ambiente cotidiano hasta que el sol marchita su mechón.

Varias solitarias caminan por las calles con talegos grandes en la espalda cargando la edad y la vida endeble sin salud, fatigadas en el alma.

Así envejecen las madres nanas, abrazando una larga escoba vieja, caminando un zaguán con pesebrera, o planchando un vestido en la mañana.

La mayoría lo hacen con sincero amor porque nacieron para el trabajo, otras, por un salario bien bajo, añoran equidad para la pensión.

Confieso que he vivido

Como en el libro de Neruda, aquí, la historia del hombre aparece rediviva con toda su bohemia sentimental que reclama una biografía comprometida, donde la danza en las noches de candilejas iluminan el escenario cálido de ritmos y cantos; así también Joaquín Aurelio Díaz Gómez escribió su historia procelosa de ese teatro ligero de algunos hombres que no se arrugan con el infortunio, viviendo su tiempo sin “el pesar del bien ajeno” y recibiendo el cariño por su simpatía y por su hombría de bien. En Bavaria, en la política, en la Aduana, en el Concejo de Bucaramanga, en la Casa de Santander de Bogotá y en otras tareas, distribuyó su tiempo haciendo un destino de gobierno y ganando amigos. Quizá sin proponérselo y sin planearlo, siguiendo el hilo de su temperamento y su alegría ayudó a muchas personas, pues que no podía ver a nadie sufrir sin poner el empeño para ayudarlo. Dios te bendiga hermano de siempre.

El miedo ambiente

No hay error en el título. Miedo es lo que produce el apetito insaciable y voraz del hombre por la explotación de los recursos naturales que está llevando a la tierra a límites insospechados y al hombre a su autodestrucción. Los grandes desastres naturales son producidos, en gran medida, por actuaciones del hombre contra la naturaleza. La contaminación ambiental, la flagrante depredación de la tierra con la tala indiscriminada de árboles, el calentamiento global que aumenta un grado anualmente la temperatura de la Tierra. Por otra parte, la minería legal o ilegal que utiliza químicos que contaminan para siempre los recursos hídricos y, para no ir tan lejos, ni las reservas forestales, fuentes eternas de agua, se salvan. Ya el Páramo de Santurbán está en la mira de Minesa, que proyecta violentarlo en su esencia con tecnologías engañosamente buenas. Según informa VL, la multinacional está gastando millones en “lobby” para que le garanticen la explotación de esta tierra sagrada.

También nuestra VL dio la noticia de que hay que esperar un año más para que se presente la ley que prohíba definitivamente el uso del asbesto. Este agente cancerígeno que utilizan algunas industrias ha causado muertos y víctimas de enfermedades respiratorias. En Colombia, se han hundido cinco veces los proyectos de ley sobre la prohibición del agente mortal, pero la mermelada que reciben los congresistas de los grandes industriales puede más que el derecho a la vida y a la salud de los colombianos afectados.

El dengue

Santander es el departamento más afectado por este flagelo del virus. A pesar de campañas higiénicas y sanitarias, persiste este mal contra los santandereanos. Y para tener en cuenta: ya la varita del incienso corre los zancudos o el encender las chimeneas también los mantiene alejados... ¡muchas gracias!

Hipócritas

Hay personas pantalleras que hacen obras en público, para que la gente los vea aunque ya nadie les crea.

Cuando des limosna no hagas tanto barullo, como los hipócritas que solo traen chanchullos.

Cuando ayunen no pongan cara triste, como los fariseos amigos de los macabeos.

Cuando hables del prójimo hazlo de frente y con amor, no como los hipócritas que son blanditos sin valor.

Cuando sirven a otros háganlo de corazón, no con lengua viperina que todo prende, es gasolina.

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