El 28 de octubre de 2020 se expidió la Ley 2062, presentada por la representante Nubia López, “por medio de la cual la Nación se asocia y rinde homenaje a la ciudad de Bucaramanga (...) con motivo de la celebración de sus 400 años de fundación y se dictan otras disposiciones”.
Entre los aspectos contemplados en el articulado, establece que los gobiernos nacional, departamental y municipal deben realizar un plan de inversiones; también emitir una estampilla en conmemoración de los 400 años de la ciudad, a través de Servicios Postales Nacionales, y destinar los ingresos a financiar los programas de la ley; la creación de un fondo cuenta, para recaudar los recursos del Presupuesto General de la Nación, la Gobernación de Santander, la Alcaldía de Bucaramanga, entidades nacionales, cooperación internacional, donaciones, transferencias y el recaudo de la estampilla.
A raíz de la expedición de la ley, el mandatario local empezó a plantear muchas “bellezas”: “Saldar pendientes históricos de la ciudad y consolidarla como una ciudad saludable, segura, educada, inteligente y sostenible”; “vamos a transformar a Bucaramanga en una ciudad de bienestar y oportunidades para todos”; “sabemos que $10 billones (invento del alcalde) podría parecer una cifra lejana si la comparamos con los $100.000 millones con los que cuenta Bucaramanga para libre inversión”; “se invertirán $318.000 millones para la compra de una flota de buses eléctricos y la transformación del sistema de información de la red de alumbrado público e Internet comunitario”. Sobre movilidad dijo: “Buscamos crear una vía alternativa en lo que son las escarpas occidentales, esto con una inversión de $2 billones para generar una conectividad distinta en términos de ciclovía y senderos peatonales”; “en materia de salud, buscamos invertir $86.000 millones en la Uimist, para tener un hospital de segundo nivel y así solucionar los problemas de salud del norte de la ciudad”. Además, prometió restaurar la Plaza San Mateo, cristalizar las fases finales de la Troncal Norte-Sur y la remodelación del Tecnológico.
De todas estas “bellezas”... NADA.
Claro que, para no ser injusto, hay otros regalos que el alcalde le deja a la ciudad: el no creer en la capacidad de los santandereanos y acudir a foráneos para que desempeñen la Jefatura de Gobernanza y la gerencia del AMB; el desorden, la inseguridad, la falta de autoridad, caos en la movilidad, invasión del espacio público, informalidad desbocada. Para tratar de tapar todo esto, ofrece “pan y circo” a muy elevado costo. En resumen, una ciudad a la que le despedazó su calidad de vida.
Señor alcalde, nos dejó... EXPECTANTES Y FRUSTRADOS.