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Mompox, Cartagena, Villa de Leyva o Barichara son bienes de interés cultural de la nación los cuales han sido declarados patrimoniales por sus características históricas, arquitectónicas y culturales. Sin embargo, en nuestro país de abogados en muchos casos tan solo se llega a un conjunto de normas y proclamas sobre las medidas de protección, pero en la práctica nada pasa, los constructores siguen abusando, o el abandono de las entidades públicas para su preservación es evidente.
Al llegar a nuestro destino nos encontramos con un municipio de calles destapadas, con un agua no apta para el consumo humano, y un descuido evidente en parques y otros lugares públicos, la alcaldesa es Nubia Isabel Quevedo, del Partido de la U, tiene al pueblo en un abandono miserable y es muestra que si nuestra política en Santander da vergüenza, en Bolívar no hay cómo hacer nada, todo es miseria, políticos con mala pinta y mucho desempleo.
Salimos al día siguiente rumbo a Cartagena, la carretera nuevamente fue una colcha de retazos, a veces vía en doble calzada que permite transitar con seguridad, luego una carretera sencilla que nos metió en un trancón de 4 horas, la razón las obras en las vías se hacen de día, y a las 5 de la tarde alanzando maquinaria de la vía todos quedamos atrapados. Al llegar a la fantástica ciudad de las murallas hay que atravesar barrios populares que dan cuenta de la desigualdad del país, es burda, es extrema, es radical, y en todos los lugares encontramos que usualmente a los que mejor les va no es resultado de su esfuerzo personal, sino del abuso y el delito.
Viajar por Colombia es maravilloso, es un país con una riqueza natural impresionante, a la vez es un recorrido por la pobreza y la riqueza, entre el Poblado y Villatina en Medellín, Ruitoque y La Cumbre, entre Boca Grande y Chambacú en Cartagena. Sigan creyendo que el problema del país es de seguridad pública, el problema es la pobreza y la marginación.