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Alexander Arciniegas
Miércoles 11 de agosto de 2021 - 12:00 PM

La nueva pandemia

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Incendios incontrolables en California, Siberia o Grecia e inundaciones desde Alemania hasta China. Tal parece que la siguiente pandemia, igual o peor que la COVID 19, será el Cambio Climático. Y aunque este fenómeno en Colombia amenaza ciudades como Santa Marta o Cartagena, todavía mucha gente niega su existencia apelando a todo tipo de teorías conspirativas. Pero como he sostenido en columnas anteriores, hay que escuchar las advertencias de la ciencia que desde hace rato nos viene diciendo que el problema somos nosotros.

La más reciente alerta vino del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y resulta especialmente alarmante, pues entre otras cosas, sostiene que el calentamiento del planeta es más grave y acelerado de lo que se creía. Es decir, que la temperatura del planeta respecto de la era preindustrial, subirá 1,5 °C en 2030, lo que ya está generando un desequilibrio planetario irreversible con el derretimiento de los glaciares; la acidificación de los océanos y el deshielo de los Andes que, en Colombia, no solo implica la pérdida de fuentes de agua, sino la desaparición de nevados como el Santa Isabel.

Estamos desencadenando un cataclismo que afectará gravemente actividades económicas como la agricultura y la pesca principalmente, en los países en desarrollo, motivando migraciones en masa por razones climáticas. Según los expertos, si continuamos el actual consumo de combustibles fósiles, la temperatura del planeta podría aumentar incluso 4.4°C, lo que hace urgente un esfuerzo global del que Colombia debe hacer parte, para alcanzar la neutralidad de emisiones antes de 2050.

Esto explica por qué Costa Rica un país tan biodiverso y cafetero como el nuestro, esté debatiendo una ley para prohibir la exploración y explotación de petróleo y gas. Tan importante iniciativa es resultado de la presión desde la sociedad civil que en los años 2000 impidió la explotación de una petrolera estadounidense y condujo luego a una moratoria extractivista que se mantiene hoy. Como en el país centroamericano la presión social será crucial para que gobiernos tomen en serio el peligro que enfrenta la humanidad. En Santander, hoy más que nunca debemos defender Santurbán; un ecosistema vital frente al cambio climático que sigue amenazado por la codicia de la multinacional MINESA y la demagogia del gobierno Duque.

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