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Alexander Arciniegas
Miércoles 20 de febrero de 2019 - 12:00 PM

Mordaza a los profesores

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En uno de sus libros, Martha Nussbaum alerta sobre los peligros para democracia derivados del debilitamiento de las artes y humanidades en la educación primaria, secundaria y superior.

Esta crisis silenciosa que tiene alcances globales estaría formando en la actualidad “máquinas utilitarias”, en lugar de ciudadanos empáticos, tolerantes, creativos que a partir del ejercicio del pensamiento crítico tengan la capacidad de transformar sus sociedades.

En este preocupante cuadro se enmarca la arremetida de los líderes del Centro Democrático en contra de los maestros colombianos, acusándolos de adoctrinar a sus estudiantes; lo que representa un desafío a la posibilidad de consolidar una educación plural y democrática tal y como está consagrado legal y constitucionalmente en Colombia. Y es que la cosa no se ha quedado en Twitter, pues ya hay un proyecto de ley promovido por el representante Edward Rodríguez que quiere poner una mordaza a los maestros y restringir el derecho a la libertad de catedra. Tamaño adefesio con claros tintes autoritarios conduciría a desatar una cacería de brujas para sancionar a las profesiones que “politicen” a sus estudiantes.

Paralelamente, es importante advertir que tenemos aquí una evidencia más de la conformación de un proyecto regional de extrema derecha, pues lo que propone el uribismo es una copia idéntica de lo que en Brasil se denomina “Escola sem Partido”, uno de los proyectos bandera del gobierno Bolsonaro que desde su llegada al poder promueve abiertamente el fanatismo religioso e intolerancia política.

No es censurando las clases y convirtiendo a los estudiantes en espías de sus maestros que se construye una sociedad democrática y pacífica. Es necesario más bien, promover una educación crítica y plural que politice a niños y jóvenes para que puedan conocer las distintas ideologías políticas y adoptar aquella que esté de acuerdo con sus intereses. De lo contrario, seguiremos sumidos en el analfabetismo político y condenados sin redención a la violencia que ha signado nuestra historia.

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