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Alfonso Marín
Sábado 01 de diciembre de 2018 - 12:00 PM

Buscando recursos

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lcrueda@marval.com.co

Al igual que la mayoría de los colombianos, el Gobierno Nacional anda por estos días buscando recursos. No es nada nuevo, porque a todos los gobiernos les hace falta dinero para cumplir todos sus compromisos de campaña, pues de otra manera no se explica que llevemos 30 reformas tributarias en las últimas décadas. Desde cuando el mismo Jesucristo aclaró que lo indicado era darle al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios, todos los emperadores representados en los gobiernos de turno han pedido su parte.

Las obras monumentales que engalanan la mayoría de las ciudades del mundo indudablemente se hicieron con el dinero de los contribuyentes y están todavía como testimonio de lo que el hombre puede hacer cuando hay recursos, ingenio y trabajo. Por siglos hemos sabido que las dos personas que más recuerdan los pueblos son su gobernante y el cobrador de los impuestos, el uno porque hay necesidad de obedecerlo y el otro por ser el más odioso y severo con el contribuyente. Aquí en Santander tenemos justamente ese caso, evidente cuando estudiamos la revuela o insurrección de los Comuneros. El Virrey Manuel Antonio Flórez se hizo respetar entre los ciudadanos del común por su interés en defender la industria y el comercio de la región poniendo en práctica los consejos de la ‘Sociedad económica de amigos del país’, recientemente fundada en España por don Pedro Rodríguez, mientras que el visitador regente Francisco Gutiérrez de Piñeres se hizo odiar de las gentes por su implacable estilo de cobrar sin compasión impuesto a todas las actividades de la vida. El resultado, ya bien conocido, terminó con el sacrificio de toda una generación de santandereanos sin que se lograra nada distinto al aumento de las rentas para la corona española.

Si bien es cierto que todos los pueblos del mundo cobran impuestos, la diferencia entre unos y otros está en la inversión que cada uno hace de estos recursos. Mientras algunos dejan obras perdurables y bellas, otros por el contrario los emplean en lujos superfluos para beneficio del gobernante y no faltan claro está los que los emplean en armas para futuras guerras. Al final del año seguramente tendremos los colombianos nuevos impuestos, los cuales ojalá sirvan para las obras que el país necesita para el bienestar de todos.

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