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Domingo 03 de febrero de 2019 - 12:00 PM

Crisis venezolana, hasta cuándo

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En los últimos días la oposición al régimen Maduro ha desplegado una fuerte ofensiva, basada en cinco ejes de acción: ahondar la pérdida de legitimidad gubernamental, luego del 10 de enero, al concluir su primer período constitucional; el agravamiento de la situación económica con nuevos bloqueos; la presencia en las calles de multitudinarias manifestaciones en demanda de su salida; la solidaridad internacional que se ha traducido en el reconocimiento al autoproclamado presidente Guaidó; y el intento por provocar la adhesión de los militares, mediante el ofrecimiento de indulto a quienes se rebelen.

La suerte de esta estrategia es de incierto pronóstico, como quiera que el gobierno actual cuenta con el respaldo del alto mando militar y, también, de un grupo de Estados que le han brindado soporte político y divisas, al parecer, garantizadas con los recursos naturales del país. Momentos difíciles para los actores involucrados, pero, sobre todo, para los habitantes de la otrora boyante Venezuela que aún no acierta a identificar la hora en la que el cambio impulsado por el hartazgo de la corrupción se extravió en los vericuetos del populismo, del despilfarro y de la misma corruptela para sumir a la Nación en profunda crisis.

El desfile interminable de caminantes venezolanos por nuestras carreteras, en búsqueda de un mejor futuro, arruga los corazones, y las noticias del desabastecimiento de alimentos y medicinas esenciales provocan una solidaridad que no encuentra formas para tornarse efectiva.

Hace algunos meses Antonio De Lisio, profesor de la Universidad Central de Venezuela, en seminario dictado en la Universidad del Rosario, en Bogotá, sostuvo que solo estimaba viable una solución de llegar a conseguirse el apoyo de los militares a la conformación de un gobierno de transición, integrado por un representante del antiguo chavismo, hoy desafecto a Maduro, un vocero de las fuerzas de oposición y una persona imparcial, de gran credibilidad y reputación, que podría ser el Obispo de Caracas.

¿Será posible lograr una salida como la anterior, que no implique más desarraigos o el sacrificio de más vidas y siente las bases para la reconstrucción?

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