Con cierto escepticismo se ha recibido la conformación de una misión, integrada por 43 brillantes personalidades, cuya tarea será la de proponer ideas al Gobierno para construir una política de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación.
Al respecto, hoy recordamos que, con ocasión de la promulgación de la Constitución de 1991, en 1993 se asignó una función similar a 10 sabios y que la aplicación de sus conclusiones, al cabo de 25 años, ha sido tan precaria al punto que Moisés Wasserman, uno de los nuevos comisionados, sostuvo que en ese episodio “Fueron el país y sus gobiernos, fuimos nosotros los ciudadanos, quienes no estuvimos a la altura”. Es posible que a ese informe y los diez ensayos entregados les pudo hacer falta una mayor precisión, que ahora se trata de complementar.
En esta oportunidad, con ocasión del Bicentenario de la Batalla de Boyacá, se cuenta con el concurso de 13 expertos internacionales y 16 mujeres. Además, 10 universidades ofrecerán el soporte académico y logístico, y actuarán como secretarías técnicas para las temáticas de estudio definidas: Tecnologías Convergentes e Industrias 4.0; Energía Sostenible; Biotecnología, Medio Ambiente y Bioeconomía; Ciencias Sociales, Desarrollo Humano y Equidad; Océanos y Recursos Hidrobiológicos; Ciencias de la Vida y la Salud; Industrias Creativas y Culturales; Ciencias Básicas y del Espacio.
El proceso se extenderá por nueve meses. Al término de su labor, se espera que la Misión de Sabios presente propuestas factibles e inquietudes relevantes que permitan responder a los desafíos productivos y sociales, y contribuyan a alcanzar un desarrollo sostenible e inclusivo.
Ojalá se imponga el criterio expuesto por el profesor Wasserman durante la ceremonia de instalación: “Me atreveré (con perdón de mis compañeros de Misión) a sugerir que recomendemos, sobre todo, cómo hacer bien las cosas, cómo priorizar, financiar y fomentar, más que definir proyectos específicos para investigar”. Y que se logre configurar un propósito de Nación para no estar al cabo de algunos años, con motivo de otra conmemoración o celebración, convocando un nuevo consejo de sabios para definir los fundamentos de nuestro futuro.
