El presidente del Congreso Roy Barreras, quien ha desempeñado papel estelar en la conformación de la coalición de gobierno, ha advertido sobre la necesidad de convocar a las cámaras legislativas a sesiones extraordinarias a partir de febrero 6, y que, en esa fecha, se radiquen las reformas que el Ejecutivo aspira tramitar durante la vigencia.
En las que podrían calificarse como explosivas declaraciones, hechas en el Foro Colombia 2023, Barreras señaló que el Pacto Histórico, al que pertenece, debe entender que se trata de lograr textos sensatos, consensuados y viables, que involucren instancias de transición sin derruir los sistemas actuales.
Reconoce que las reformas a la salud, pensional y laboral son inaplazables, y que corresponde al Legislativo canalizar el reclamo popular que las inspira, pero que no pueden ser adoptadas bajo la presión ejercida desde la calle. Es afirmativo al indicar que existe la probabilidad de que los extremos políticos estén interesados en que las iniciativas naufraguen, ya sea para anotarle un fracaso al presidente Petro o, desde la orilla contraria, reafirmar que es inverosímil alcanzar el cambio con la presencia de sectores tradicionales en el Congreso de la República para buscar su revocatoria.
Respecto a la paz total, manifiesta que la Justicia transicional solo será justificable para las organizaciones insurgentes; y en cuanto a la delincuencia y el narcotráfico, sus actores no podrán pretender pactar un cese al fuego, ni negociación alguna, y simplemente el gobierno debe tramitar una ley de sometimiento que pueden o no acoger.
De cumplirse las expectativas de Barreras, estaríamos a una semana de iniciar una fuerte puja para estructurar el alcance y contenido de reformas substanciales, cuando se medirá el temple del presidente de la República y las reales intenciones del cambio que ha pregonado.
Aunque las fuerzas del ‘establecimiento’ se muestren reticentes, es posible que el modelo que se contempla para el sector salud -centralizado en lo financiero y descentralizado en el servicio- resulte atractivo para que clanes políticos se apoderen del manejo de los fondos y se propicien nuevos focos de clientelismo y corrupción. Situación que merece especial atención.
