A pocos días de que este periódico haga el reconocimiento a los mejores atletas de la región en su tradicional “Deportista...
Por quién votar
Dicen las encuestas que todavía no hay nada definido para la alcaldía de nuestra capital, que los indecisos somos exactamente quienes podemos inclinar la balanza, en buena hora estamos en esta situación pues quienes no hemos tomado partido claramente no pertenecemos a los grupos políticos, somos creo, los que estamos esperando claridad y compromiso con un programa de gobierno serio, con capacidad de gestión y liderazgo para asumir el momento histórico de la ciudad.
Que bien por el candidato ungido con la bendición de la actual administración, el ingeniero Cárdenas, tiene muchas cosas que heredar y continuar pero también muchas renuncias por hacer, bienvenida la pluralidad de oferentes, la excelente gestión de la secretaría de educación y otros funcionarios, la relación con el concejo lejos de las componendas políticas en fin, tiene que demostrar capacidad de gestionar ante el gobierno nacional y departamental las partidas requeridas para importantísimas obras que la ciudad requiere, con el respeto, la altura y la capacidad técnica que no tuvo esta administración, deberá mostrar un plan claro para solucionar el tema de basuras de la ciudad, lejos, muy lejos de su jefe político y sus hijos, aprender que uno no puede hacerse el pingo con la ilegalidad y que la ciudad no tiene que parecerse a ninguna en el mundo y debe escuchar a sus ciudadanos que son sus jefes naturales.
Qué bien por el candidato independiente, el dr Muñoz, hombre de muchos méritos, estudioso de lo público y como diría un amigo hasta hoy sin tacha en su honestidad, quizás con la ventaja en la experiencia política pero con la necesidad de captar a un elector que no quiere oír propuestas populistas y que quiere ver un posible gobernante con las virtudes de la actual administración pero sin sus grandes defectos.
Con el retiro del odontólogo Sergio Prada hay mucho por trabajar para ganar el derecho a gobernar la ciudad, a mantenerla lejos de otras opciones que representan la política anacrónica y que un elector responsable y coherente deberá terminar por entender que el derecho al voto es el deber ciudadano más sagrado de una democracia.