Al día de hoy, para el Ministerio de Cultura solamente existen 1.116 bienes declarados de interés cultural en el ámbito nacional. En términos simbólicos y de representación cultural, cada uno de ellos encarna una distinción nacional. Pues resulta que el edificio del Club del Comercio de Bucaramanga está a punto de obtener esa declaración por parte del Ministerio. Y, ¿por qué? Porque ha evaluado que este inmueble tiene valores estéticos, simbólicos e históricos que le atribuyen un significado cultural de gran relevancia en el contexto nacional.
Este proceso comenzó el 3 de marzo de 2021, cuando la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura incluyó a este inmueble en la lista indicativa de bienes de interés cultural. El 17 de septiembre siguiente, esta Dirección presentó la solicitud de declaratoria, como bien de interés cultural, ante el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural. En esa sesión ordinaria obtuvo concepto favorable, y los consejeros recomendaron a la ministra del ramo proceder con la declaratoria. Existía ya el antecedente de la declaratoria de bien de interés cultural del ámbito municipal de Bucaramanga, homologado en el Plan de Ordenamiento Territorial de esta ciudad.
Esta declaratoria nacional le impone al Club del Comercio un régimen especial de protección del inmueble, pero también le abre la posibilidad de gestionar algunos beneficios del erario, tales como una deducción de los gastos en servicios profesionales para la elaboración de un plan especial de manejo y protección, deducciones de los gastos para su mantenimiento y conservación, beneficios fiscales y acceso a recursos de la estampilla Procultura, del impuesto nacional al consumo de servicios de telefonía móvil y del sistema general de participaciones.
Al convertirse en atractivo turístico, el edificio del Club del Comercio, que este año cumple cien años de su construcción original, según el diseño neoclásico republicano de Pietro Colombo Monticoni, se consolida como uno de los hitos simbólicos de la ciudad. Los retos para la junta directiva son grandes, pero bien gestionados pueden convertirse en oportunidades de beneficios, como lo esperan los socios y los funcionarios del Ministerio de Cultura.
