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Carlos Chaverra
Sábado 08 de diciembre de 2018 - 12:00 PM

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cchaverra@unab.edu.co

Entrado el año 2014 el presidente número 43 de los Estados Unidos, George Bush, recibe una llamada del antiguo empleado de su padre, el presidente número 41, George H.W Bush.

“Tu padre quiere lanzarse en paracaídas para celebrar su cumpleaños número 90. ‘¿Qué piensas?’ Bush papá había estado con neumonía y acababa de salir de un largo mes en el hospital no podía caminar bien y se cansaba rápidamente. Sería el octavo salto en paracaídas contando aquel que fue obligado a realizar sobre el pacífico para eyectarse de su avión de combate en 1944.

Después de pensarlo, Bush 43 dio su autorización, “lo haría sentirse más joven” argumentó. Aunque la verdadera razón era que Bush 41 había anunciado en su cumpleaños 85, luego de un salto en paracaídas, que cuando cumpliera 90 lo haría de nuevo. “Y George H.W Bush es un hombre de palabra”. Esta y otras historia similares están contenidas en el libro ‘41 A Portrait of my Father’, 2014. En donde por primera vez un hijo Presidente escribe una biografía de su padre expresidente. Allí hace un recuento de su vida y expresa en muchas palabras su amor y admiración de un honesto servidor público que se destacó por poseer la curiosa virtud de la humildad con autoridad.

Esta y muchas más palabras se escucharon en el funeral de Bush 41. Amigos y dignatarios expresaron sus respetos a un hombre que perdió su reelección pero que sin embargo dejó una marca en la historia por su diplomacia y honorabilidad. Allí en su funeral estaba Bill Clinton, quien lo había derrotado y con el paso de los años se habían convertido en amigos entrañables, a pesar de ser de partidos políticos contrarios.

Los comentaristas destacaban a Bush 41 como un político en extinción. Integridad, humildad, valor, nobleza, diálogos constructivos, anteponer los intereses de la nación sobre los propios, son ya rasgos cada vez más escasos en las esferas del poder. En temas de liderazgo siempre hacen un ejercicio en donde se nos pide imaginar que nos gustaría qué dijeran el día de nuestro funeral. Cuánto me gustaría que mi hijo tuviera sanas remembranzas de mi vida y mis pocos conocidos me reconocieran como un hombre de integridad y amor por la vida.

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