Publicidad

Carlos Chaverra
Viernes 29 de mayo de 2020 - 12:00 PM

Un asunto de prudencia

Compartir
Imprimir
Comentarios

“Reflexiones sobre la prudencia”. Me llamó la atención la invitación que formulaba el IPADE una escuela de negocios de mucho prestigio con sede en Méjico. “La prudencia es una virtud esencial para ejercer de manera adecuada la función directiva, sin ella se corre el riesgo de que las decisiones que se tomen sean erróneas. Es en la acción directiva donde esta virtud cobra una importancia trascendental. Si eres un directivo y/o tienes personas a tu cargo y decisiones importantes que tomar, recomiendo que te preguntes constantemente lo siguiente: ¿Qué consecuencias tendrá la decisión que estoy a punto de tomar? ¿Cuál es la información objetiva (hechos) con la que cuento y cual la subjetiva (opiniones)? ¿Qué me sirve y qué no me sirve para alcanzar el objetivo propuesto? ¿Estoy capacitado para tomar la siguiente decisión o sería mejor pedir consejo?”

Descubrí que la invitación formaba parte de la Cátedra Carlos Llano, fundador del IPADE y pensador de mucho renombre en el tema de la gestión empresarial. Llano considera que la prudencia es probablemente “la virtud madre” que deben tener los directivos. Nos recomienda asumir una conducta en donde cultivemos para la toma de decisiones los hábitos de recoger información objetiva con criterios rectos y verdaderos, ponderar las consecuencias y ser congruentes en nuestro actuar. “Actuar rápido, pero pensar despacio” le oí alguna vez a un directivo.” “Todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse” nos dice la sabiduría bíblica, todo ello forma parte de la prudencia.

Pensándolo bien no le falta razón a Llano al calificar a la prudencia como la “madre de las virtudes.” En parte creo que es por la dificultad de ejercerla. En particular en momentos de crisis cuando tendemos a ponernos en modo “sálvese quien pueda” en donde el instinto de supervivencia nos oscurece la razón. Esto de distinguir entre hechos y opiniones en nuestro mundo polarizado donde todos tienen una versión de la verdad requiere gran fortaleza de carácter. Difícil ofrecer manos extendidas cuando estamos en una posición de boxeador. Pero, si escudriñamos bien, estamos viendo hoy muchos frutos de la virtud de la prudencia. No estamos tan lejanos como a veces pensamos. Buen reto ejercerla con denuedo y pasión.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad