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Christiane Lelievre
Miércoles 27 de marzo de 2019 - 12:00 PM

Lactancia en público o con privacidad

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La lactancia materna tiene beneficios ampliamente divulgados. Se sabe además que no solo la leche alimenta sino también el amor expresado en esta atenta cercanía física. La presión es fuerte sobre las mujeres que por equis motivo no amamantan y utilizan el, actualmente casi satanizado, tetero. El mismo que fue presentado como la panacea y máximo modernismo en los años sesenta. El biberón aseguraba el suministro de la perfecta (¿?) leche materna industrial y permitía a las madres reincorporarse al mundo laboral en menor tiempo. ¡El sumo de la autonomía y rentabilidad!

Años después, una nueva ola de modernismo y afirmación de su autonomía por parte de las mujeres reivindica el derecho a amamantar cuando quieran, en donde quieran y hasta cuando ellas o su retoño/a quieran. Amamantar en sitios públicos se vuelve así un acto subversivo y de posicionamiento de los derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y sus bebés. De nuevo, autonomía y rentabilidad: bebés saludables, menos gastos médicos o de leche de tarro; cero pesos para las multinacionales de la crianza.

Sin embargo, las políticas prolactancia materna no encajan con las políticas laborales, y las licencias de maternidad no coinciden con el tiempo de amamantamiento recomendado por los organismos de salud. Así, una madre tiene que sacrificar un poco más de su carrera profesional y autonomía económica...

Ya no estoy en esta jugada, sin embargo, apoyo a la libre lactancia; no cualquiera. Con derecho a la privacidad, a tener sitios de lactancia cómodos, amenos y tranquilos. No es por mojigatería, sino por respeto al lactante y su madre quienes tienen derecho a no amamantar en sitios ruidosos como los centros comerciales, tampoco de pie haciendo fila durante horas o en buses movedizos. Para compartir tranquilamente estos momentos de alimentación, que son también de intimidad y amor, caricias, miradas y consentimiento mutuo. Importa aplazar para los niños estos sitios pasados de decibeles, ver pantallas mientras se alimentan, comer rapidito y ser engullidos.

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