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Sábado 16 de mayo de 2020 - 12:00 PM

Hospitales en cuidados intensivos

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Esta semana comenzó con el bochornoso episodio que protagonizó el Gobernador del Magdalena Carlos Caicedo, en el momento que el Superintendente de Salud en cumplimiento de sus funciones, intervenía el hospital Julio Méndez.

El gobernador defendió a capa y espada al gerente Jairo Romo, a quien nombró hace un par de meses. Este nombramiento sorprendió puesto que a lo largo de los años se han acusado mutuamente de corrupción. La situación de este hospital es, al igual que muchos otros, deplorable.

En los últimos 5 años, la Superintendencia de Salud ha intervenido 18 hospitales: 13 para administrar, 5 para liquidar y una toma de posesión. Son increíbles los hallazgos encontrados por la Superintendencia, que incluso ponen en peligro la vida de los pacientes: equipos biomédicos sin mantenimiento, ausencia de guías y protocolos clínicos, desabastecimiento de medicamentos e insumos, inadecuada disposición y manejo de residuos hospitalarios.

Adicionalmente, se violan los derechos del personal de salud; son millonarias las deudas laborales; a muchos les deben hasta de 10 meses de salario.

En las intervenciones se ha evidenciado la falta de radicación de las facturas por servicios prestados, sobrecostos en alimentación e insumos, aprobación del presupuesto por encima de los ingresos, subregistro de cuentas e incumplimiento de las conciliaciones bancarias, falta de defensa en los procesos que cursan en contra de la entidad, embargos judiciales, entre otros.

Este desastre no es solo mala gestión de los gerentes. Muchas EPS también son responsables puesto que deben a los hospitales sumas astronómicas y cobran “coimas” para pagarlas.

Las gerencias de los hospitales son las más apetecidas por los políticos corruptos en las regiones, llevando a que algunos concursos sean amañados; aunque las universidades son las encargadas, muchas de estas también hacen parte de la red de corrupción.

Es doloroso ver este círculo vicioso, donde los bandidos desangran los hospitales, el Gobierno los salva inyectando nuevos recursos y nuevamente se los roban. Eso sí, los primeros en salir a culpar al Gobierno Nacional por la falta de recursos son los mismos gobernantes y políticos involucrados en los desfalcos.

Se requiere de manera urgente, que el Ministerio de Salud reglamente y ponga en funcionamiento una plataforma donde reposen todas las transacciones de este sector. También es fundamental que se sancione a los representantes legales o a quienes cometieron la falta; los hospitales no pueden seguir cubriendo con recursos propios las fechorías de los bandidos.

Mientras tanto, centenares de pacientes rezan para no morir en los pasillos de los hospitales o para que un roedor no se les coma sus alimentos, como sucedió en el centro de salud San Francisco de Asís de Quibdó.

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