Girón debería ser el municipio más importante de Santander. Tanto o más que Bucaramanga. Es un patrimonio histórico como quedan pocos en el país, está ubicado en la zona de expansión de la capital del departamento, es el más cercano al aeropuerto y allí están domiciliadas muchas de las grandes empresas de la región. Un municipio que debería ser orgullo de todos, parte esencial de nuestra identidad como región.
Pero muy por el contrario, Girón es hoy un lugar olvidado, sucio, desordenado, que crece en medio del caos y cuyas administraciones han estado más preocupadas por sacar adelante sus intereses particulares, que por llevar al municipio a algún lugar de desarrollo.
Visitar hoy Girón dan ganas de llorar. Detrás de las decenas de motos y carros parqueados a lo largo de sus sucias calles, se levantan construcciones sin forma, ventas ambulantes y un desorden que crece, ahogando cada vez más a la ciudad colonial que aún se levanta como testigo de nuestra historia. Mientras lugares como Barichara, Villa de Leyva y Mompox se erigen hoy como destinos turísticos de gran importancia nacional, que han logrado atraer a visitantes de todo el país y del mundo y desarrollar tras este interés una infraestructura hotelera, a Girón no dan ganas ni de asomarse, pues su belleza imponente está oculta en el desorden y la falta de apropiación.
Lo que está sucediendo hoy en materia política es el reflejo perfecto de en lo que se ha convertido el municipio. Exactamente a un año de que se lleven a cabo las elecciones de quienes serán los nuevos mandatarios locales, Girón sigue sin alcalde en propiedad, tras la disputa jurídica que sacó de la alcaldía a Carlos Román, por incurrir en doble militancia. Al salir Román, se realizaron nuevos comicios, en los que se eligió a Yulia Rodríguez, esposa del exalcalde John Abiud Ramírez, como alcaldesa. Y estos tres años de mandato local se han ido todos en la disputa jurídica entre Román y Rodríguez por quién debe ocupar la alcaldía. Finalmente esta semana, tras confirmarse la salida de Román por la Corte Constitucional y tras el bochornoso acto de Ramírez de gritar desde un balcón que era ella la alcaldesa, el gobernador de Santander nombró a Javier Acevedo Beltrán como alcalde designado, quien permanecerá allí hasta que se envíe una terna por el movimiento del que formó parte el descabezado Román, de la que saldrá el nombre del alcalde que terminará al frente de Girón en el último año.
Serán cuatro años perdidos para Girón. Un municipio que se deshace entre la corrupción, la politiquería y la indiferencia.
