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Diva Criado
Sábado 27 de octubre de 2018 - 12:00 PM

Algo huele mal

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Estos días, recibí un correo de una lectora quien además de enviarme un afectuoso comentario, pide que aborde el tema de los malos olores que perturban a sectores del área Metropolitana de Bucaramanga, entre los que están Girón, Floridablanca y Piedecuesta.

Comenta que, aunque se han incrementado desde el derrumbe del relleno sanitario del Carrasco, los olores insoportables que causan enfermedades e incomodidades a la población se presentan desde hace mucho tiempo en Girón y otros municipios aledaños, gracias a la falta de control a las empresas que procesan el hueso utilizado como materia prima para la elaboración de sales minerales de ganado vacuno y alimentos para aves de corral.

Históricamente, la contaminación por malos olores ha sido uno de los problemas más habituales de convivencia y salubridad, y es la segunda causa de queja medioambiental en todo el mundo. La padecen países desarrollados y en desarrollo. Cualquier efluvio contaminante puede representar un peligroso riesgo para la salud pública.

La OMS reflejó en un informe de 2016 el papel protagónico que desempeña la contaminación del aire en las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, demostró que el 91% de la población mundial vive en lugares donde no se respetan las directrices sobre calidad del aire, con lo cual la contaminación atmosférica en las ciudades y zonas rurales provoca cada año 4,2 millones de muertes prematuras.

Los malos olores en el área Metropolitana de Bucaramanga son de permanente ocurrencia, las autoridades competentes parece que no prestan la debida atención, no hay conciencia sobre el debido manejo de residuos industriales, a lo que se suma el enorme vacío legal, la desidia y la poca capacidad de hacer exigibles las normas existentes

En Europa actualmente, las emisiones de contaminantes atmosféricos se han reducido drásticamente, con notable mejora en la calidad del aire en toda la región. A finales del 2013, la Comisión Europea adoptó el programa “Aire puro para Europa” que incluía nuevas medidas para reducir la contaminación atmosférica con fuertes sanciones para los contaminadores. Diversas sentencias han obligado a pagar importantes indemnizaciones económicas a ciudadanos afectados por malos olores

¿Y en Santander cómo está el tema?

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