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Diva Criado
Viernes 25 de diciembre de 2020 - 12:00 PM

Atípica Navidad

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La temporada navideña del 2020, se ve particularmente sombría gracias a la pandemia. Europa enfrenta la Navidad con gran preocupación por la nueva variante del coronavirus descubierta en Reino Unido y como consecuencia, estrictas cuarentenas y cierre de fronteras

Mientras, el gobierno británico reconoce que la nueva cepa escapa de su control, científicos aseguran que probablemente ya exista en otros países. Se basan, en la detección de la variante en una persona residente en Loreto, Ancona en Italia, sin que haya tenido contacto con ninguna persona procedente de Gran Bretaña.

De otro lado, varias cosas en el tintero: la política de salud pública sigue siendo un desafió profundamente complejo; la respuesta científica al virus mejora y la vacuna una señal esperanzadora de que se avecinan tiempos mejores.

Esta pandemia no ha sido fácil para nadie. He hablado con mucha gente que, como yo, piensa que, de enero a esta parte, pareciera que han transcurrido diez años. La temporada navideña está llena de tristezas, momentos melancólicos y difíciles para muchas personas; un año, en el que se fueron seres queridos, que echamos de menos; un año, marcado por la confusión, la incertidumbre y el miedo. El temor al contagio en lugares insospechados, la ansiedad diaria mientras la pandemia continúa.

Pero, las grandes pandemias en el mundo, han sido impulsoras de grandes transformaciones a lo largo de la historia. El impacto de las diferentes enfermedades, ha traído consigo evoluciones en la arquitectura de las ciudades donde el urbanismo se ha manifestado en múltiples aspectos, también lo han sido las grandes guerras, importantes motores de innovación tecnológica.

El cólera, por ejemplo, otra gran pandemia del siglo XIX, provocó una serie de reformas sanitarias en grandes ciudades como Londres o París. En la capital francesa se produjo la renovación urbana de Haussmann, que cambió el aspecto de la ciudad, con la demolición de numerosos edificios para hacer las grandes avenidas que conocemos hoy.

Sin embargo, estas transformaciones no han tenido solo motivaciones sanitarias; también han contribuido a aumentar el control ciudadano, así lo revelan los estudios de Foucault. Muestran cómo surgieron de la investigación sobre medicina social, discusiones relacionadas, entre peste y policía

En mi opinión, la pandemia del 2020, no solo demostró nuestra fragilidad, sino que aportó procesos de liberación y claridad meridiana. Ha servido para reflexionar sobre nuestro comportamiento como seres humanos. Es como si estuviéramos mirándonos en un espejo y descubriéramos qué es lo importante.

Estas fechas, también sirven de catarsis para purificar los ánimos, hemos aprendido a valorar más a nuestra familia, amigas y amigos; tal vez, aprendimos a ser más solidarios, más respetuosos, más comprometidos. La lección es que, la vida es efímera. Hay que vivir cada día como si fuera el último. Aunque la incertidumbre, signo de estos tiempos continuará, convertirla en fuerza del cambio depende solo de nosotros, de nadie más

Aunque no podamos cambiar los hechos, sí podemos elegir como vivirlos, vinimos a ser felices. La felicidad es algo que se aprende ¡Elijamos ser felices!

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